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MEDIO RURAL

La escalada: el revulsivo económico y demográfico de la comarca del Aranda

Las actividades deportivas atraen a cientos de visitantes a la cara oculta del Moncayo. El 28% de la población fija de Calcena ya son aficionados a este deporte y en Trasobares prevén ampliar el camping con bungalows

ARAGÓN NOTICIAS /
La escaladora Andrea Álvarez en una vía deportiva de Calcena./Foto: Isuela Valley.
icono foto La escaladora Andrea Álvarez en una vía deportiva de Calcena./Foto: Isuela Valley.

Bárbara Gutiérrez es una joven navarra que compró una casa en Calcena (Zaragoza), junto a varios amigos, por su afición a la escalada. Hace dos años que se instaló en la localidad de forma definitiva. Como ella, otros seis menores de 40 años sin lazos familiares previos viven en esta localidad del Aranda, un lugar privilegiado para la práctica de esta disciplina. La escalada se ha convertido en una oportunidad de desarrollo para una comarca cuya principal industria, la del calzado, se encuentra en crisis y que ha perdido 1.850 habitantes en 25 años -actualmente cuenta con 6.297 vecinos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)-. 

"Dejé mi empleo, estudié para ser técnico deportivo de escalada y trabajo aquí como guía de actividades deportivas en el medio natural", cuenta Gutiérrez, una enamorada de 'la cara oculta del Moncayo' que asegura que la escalada "puede hacer que la zona no muera en el futuro". 

Otra de las nuevas moradoras es Andrea Álvarez, asturiana que vive desde hace ocho años en la localidad y que destaca cómo ha rejuvenecido la población: "Somos el 28% de los vecinos que viven de forma habitual en Calcena, que no llega a 30 personas". Estas dos jóvenes son parte de 'Isuela Valley', una asociación que se ocupan entre otros asuntos de "hacer inventario" o detectar cuándo es necesario reequipar alguna zona, según explica Alfonso Arce, dedicado profesionalmente a esta actividad y asentado en Calcena desde hace seis años.

"Nos dimos cuenta que venía gente a escalar y nadie tenía información y queríamos dar ese servicio. La idea es representar al colectivo escalador y crear vínculo con forestales y ayuntamientos para favorecer el entendimiento", detallan.  Además, recientemente han editado la guía de escalada deportiva de Calcena.

Algunos de los nuevos moradores de Calcena. / Facebook de Isuela Valley

Álvarez y Gutiérrez explican que la escalada se ha convertido en un motor de desarrollo de la localidad, cuyo tejido empresarial se basa en el bar y albergue municipal y el albañil que trabaja en el pueblo: "Aquí tenemos una empresa de guías de escalada y montaña que da trabajo hasta a seis personas en temporada alta y el resto del año se suele mantener una plantilla de unos tres monitores, además del gestor". 

Un destino referencia nacional para este deporte

Hasta Calcena y otras zonas de la comarca del Aranda, como Trasobares y Purujosa, se acercan cada año amantes de este deporte que llegan de diferentes partes de España y del mundo. "En Semana Santa contamos más de 150 vehículos, entre turismos y caravanas de escaladores que habían venido a Calcena", explica el alcalde del pueblo, Mariano Miguel. “Hace más de 20 años que vienen vascos, navarros, madrileños… Siempre ha habido escalada clásica y ahora se ha abierto paso la deportiva", añade.  

No solo la escalada está presente en esta zona. Existe una fuerte apuesta por otras actividades de montaña y naturaleza como el senderismo o la BTT, además de la celebración de las Calcenadas, unas pruebas deportivas que cada vez atraen a más visitantes y que permiten disfrutar de otros atractivos turísticos y naturales de la zona. "Tenemos otros recursos como las pozas, las Cuevas Hermanos, las minas de Valdeplata y el impresionante Moncayo", añade el alcalde. 

Un escalador trabaja en una vía deportiva en Calcena. / Isuela Valley.

César Cepeda es el encargado del albergue municipal de Calcena e indica que el 70% de sus clientes del servicio de bar son escaladores y el resto, vecinos del pueblo. "Hay grupos que se quedan a dormir en el albergue, pero otros muchos vienen con furgonetas o caravanas. La mayoría de ellos vienen al bar después de escalar y toman refrescos, cervezas, raciones, bocadillos...", cuenta. Cepeda indica también que si no vinieran escaladores "se notaría mucho en el negocio". "La escalada aquí es muy importante, en invierno vienen muchos grupos de escaladores, que pueden ser de 15 o 16 personas y se quedan en el albergue a dormir. Los fines de semana vienen muchas familias con niños", añade Cepeda. 

Desde Isuela Valley explican que un fin de semana de temporada, en primavera u otoño, puede haber entre 80 y 100 personas en Calcena y otras tantas en la vecina localidad de Trasobares.

Trasobares: bungalows para ampliar la capacidad de alojamiento

 Ana Cristina Camacho, gerente del camping trasobarino, indica que aproximadamente una cuarta parte de sus clientes son escaladores, sobre todo familias con niños, pero también llegan muchos atraídos por el entorno natural que practican senderismo o bicicleta de montaña. También los hay que solo pasan el día o duermen en autocaravanas y se acercan al establecimiento "a desayunar, o a comer". 

Conscientes de las posibilidades del medio natural, desde el Ayuntamiento de la localidad confirman que se está estudiando la posibilidad de ampliar la capacidad de alojamiento con bungalows en la zona próxima a las pistas de frontón y pádel que acaban de construir junto a este equipamiento municipal. 

En la zona hay unos 40 sectores con aproximadamente 500 vías para practicar esta disciplina, y aún así, solo se está utilizando el 40% del terreno, que ofrece otras posibilidades también deportivas con las que, consideran, la comarca puede seguir creciendo: “Es un campo que se podría seguir desarrollando. La escalada ya se conoce, pero los deportes de montaña están por explotar; por ejemplo,  la BTT tiene muchas posibilidades, cada vez vienen más deportistas, ciclistas o moteros”, explican estos escaladores. 

Además de atraer a visitantes, desde Isuela Valley indican que hay potencial para atraer a nuevos habitantes. "Ha habido gente interesada en venir a vivir y no han podido por no encontrar una vivienda, ni de alquiler ni para comprar. Las pocas que hay son muy caras y, al final, se han ido a otros pueblos”, indican.