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HISTORIA

La ermita de Nuestra Señora de la Horta de Caspe celebra su rescate de las aguas del Ebro hace ahora 50 años

25 años más tarde de la operación, el templo, un ejemplo único de estilo románico en el Bajo Aragón, se reconstruyó en el Cabezo de Monteagudo

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto En octubre de 1973, resurgió la ermita de Nuestra Señora de la Horta, tras 8 años bajo el Mar de Caspe.

En octubre de 1973, y tras ocho años bajo el mar de Caspe, resurgía la ermita de Nuestra Señora de la Horta. "Iban a limpiar las compuertas del embalse y por tanto, a bajar las aguas. Al hacerlo, iban a quedar emergentes los restos de la ermita románica. Teníamos 18 días para poder sacar lo que quisiéramos", relata Miguel Caballú, promotor de la recuperación en 1973. 

Bajo la dirección del arquitecto Ángel Peropadre, comenzó el trabajo a contra reloj: "Empezaron a ir las primeras máquinas de traíllas, excavadoras y demás, y a hacer un camino para bajar hasta el barro. Después, todos los días iban tractores, gente con picos y palas a sacar piedras para ponerlas fuera de la cota de embalse. 6.300 piedras se sacaron", recuerda Gaballú. 

Entre todos los vecinos del pueblo lograron sacar más de 6.000 piedras.

Y el pueblo, al completo, se volcó con la causa. El periodista Alberto Serrano lo vivió en primera persona. "El director del instituto nos dijo: 'A ver, necesitamos voluntarios para ayudar a recuperar piedra a piedra Santa María de la Horta'. Y nos apuntamos varias docenas de críos de entonces, de unos 15 años". "Fuimos allí y aquello era una excursión pedagógica. Se nos dio la mejor clase de historia del arte y de compromiso social con todo el pueblo y con toda la ciudadanía", asegura

Una vez fuera del pantanto, pasaron 25 años hasta que el edificio se reconstruyó en el Cabezo de Monteagudo. Ahora este enclave acoge conciertos, conferencias y bodas civiles, entre otras iniciativas. Pero cuenta también con un espacio para la memoria. "Se ha colocado una placa y una pila lavamanos para que nos acordemos siempre de que la ermita está hoy donde está gracias a la tenacidad y al impulso de los caspolinos de hace 50 años", explica Amadeo Barceló, presidente del Centro Estudios Comarcales Bajo Aragón Caspe (Cecbac).