La celebración de San Vicente envuelve a Huesca en una mezcla de tradiciones

Huesca ha conmemorado a su copatrón, San Vicente, quien ha vuelto a ser honrado por los ciudadanos oscenses con varios actos que recuerdan esta tradición. El reparto de naranjas, uno de los actos más antiguos de esta jornada, sirve para recordar el destierro de San Vicente a Valencia. 

Y tampoco han faltado a la mesa las coronas del santo como uno de los postres más típicos de estos días. Se hacen en forma circular, con la que se quiere simbolizar la rueda de molino con la que San Vicente fue arrojado al mar.

En las pastelerías y en sus obradores se ha trabajado intensamente porque hoy no podían faltar estos dulces, elaborados con hojaldre, nata y crema tostada. La maestra pastelera Montse Gironella explica que estas coronas "se elaboran durante estos tres días, el 20, 21 y 22 de enero, y se hacen unas 200 diarias, unas 600, más o menos"

Misa concurrida en la catedral de Huesca

Un año más, la misa en honor del patrón de invierno ha sido uno de los actos de mayor afluencia, reuniendo a medio millar de personas en la catedral de Huesca. La corporación municipal, las mairalesas y cientos de oscenses han honrado allí al copatrón de la ciudad. Para las mairalesas "hoy es el día de San Vicente y venimos aquí, a misa, representando a las peñas y los barrios". 

También la jota ha estado presente en esta celebración, en la que, tal y como describían algunos de los participantes, es una fecha tan señalada que "nos turnamos con todos los grupos de jota de Huesca y es muy especial, porque es la única oportunidad de cantarle cara a cara al Santo".

Un día de fiesta en honor a quien, junto a San Lorenzo, es patrón de la ciudad.