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PRIMERAS AFECCIONES

Huertas inundadas, residencias desalojadas y revisión de motas

Gallur, Novillas y Pradilla de Ebro se preparan para la llegada de la punta de la riada este domingo

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Río Ebro a su paso por Pradilla de Ebro (Zaragoza).

El último parte actualizado de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) rebaja las previsiones de caudal del Ebro en el punto máximo de la crecida a su llegada a la Aragón. Sobre las 19:00 horas del sábado, el río "está descendiendo ligeramente en Logroño, donde lleva un caudal máximo de entre 1.200 y 1.400 metros cúbicos por segundo", según informa María Luisa Moreno, jefa de Hidrología de la CHE. 

Aguas abajo, en la confluencia de los ríos Arga, Aragón y Ebro, el caudal máximo se estima que se produzca en las primeras horas del domingo, cuando el Ebro podría bajar con unos 2.500-2.800 metros cúbicos por segundo, aunque en la zona, "a laminación del agua hará que se reduzca el caudal".

La CHE estima que el valor máximo del caudal se prolongará entre 12 y 24 horas. En previsiones anteriores, la Confederación calculaba que los valores máximos de caudal del río a su paso por Zaragoza podrían rondar los 2.000 o 2.500 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, el último parte sitúa esa horquilla entre los 1.900 y 2.300. Previsiblemente, el episodio de mayor avenida se produzca en la capital aragonesa "en la noche del martes al miércoles". 

La huerta de Gallur, anegada

La localidad zaragozana de Gallur se prepara para la llegada de la punta de la crecida este domingo. En el pueblo, los vecinos miran expectantes al rio Ebro, que en la tarde de este sábado ya ha anegado parte de las huertas cercanas al casco urbano, aunque no afecta a la población. 

Gallur (Zaragoza).

"Calculo que de 2.000 hectáreas de huerta que hay, unas 1.200 están ya afectadas", comenta Antonio Manero, agricultor de Gallur perteneciente a la Cooperativa Agraria San Pedro, quien asegura que "en cuestión de dos horas estará mucho más terreno inundado". Como él, muchos vecinos lamentan que la crecida se "lleve por delante" el trabajo realizado en sus huertas: "Lo primordial es que no afecte al casco urbano. Si afectando a mis tierras no llega a las casas, yo estaré bien, pero mejor si no afecta a los campos", indica. 

Antonio recuerda todavía como en la Nochevieja de 1960 el Ebro mantuvo en vilo a toda la localidad. "En Castejón marcaba un caudal de 4.130 metros cúbicos por segundo y una altura de 6 metros", recuerda. Ahora, Antonio espera que aquello no se repita, para lo que pide a las instituciones una "mayor limpieza de los ríos", porque, asegura, "es la forma de evitar tantos daños".

Una quincena de mayores de Pradilla desalojados a Tauste

En Pradilla, una quincena de mayores dependientes han tenido que ser evacuados de la localidad por precaución ante la llegada de la crecida del Ebro. Todos ellos se han sometido a un test de antígenos en el Ayuntamiento del municipio, donde han esperado hasta conocer el resultado de la prueba para poder ser trasladados a la residencia de Tauste. 

Para Pilar Lascas la COVID-19 es hoy una preocupación secundaria: "Esperemos que no me coja la casa", comenta. Es una de las 15 personas que pasaran la noche en el centro de Tauste. Como ella, Antonio González, a sus 90 años, ha vivido más de una riada, aunque reconoce que está "le lleva loco". 

Los quince mayores desalojados se someten a test de antígenos en Pradilla de Ebro. 

"Es una forma de que se puedan reubicar sin riesgos", explica una trabajadora del 061 en la sala en la que se llevan a cabo las pruebas diagnósticas. Todos los ancianos que necesitan ser trasladados han resultado negativos en coronavirus.

"Están viniendo los que están con más deterioro, con menos movilidad, son los que vienen en ambulancias de la Cruz Roja y los que tienen más movilidad vienen con sus familias", explica María Pilar Celiméndiz, directora de la residencia de mayores de Tauste, donde esperarán a que pase lo peor de la crecida. 

La UME concentra esfuerzos en Novillas

Novillas es la primera de las poblaciones aragonesas en recibir esta avenida extraordinaria, que ya ha comenzado a anegar amplias zonas de cultivo. Tanto allí como en otras localidades se trabaja con ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en el reforzamiento de las motas de contención. 

Se espera que la punta de la riada llegue el domingo por la tarde a la localidad, por eso un centenar de efectivos de la UME trabajan sin descanso para que los municipios no se vean más afectados.

El río Ebro a su paso por Novillas (Zaragoza).

En Novillas se centran en reforzar la mota que rodea el pueblo, donde cada pocos metros colocan, en cada una de las calles, barreras de contención con sacos de arena para que el agua no llegue a las casas. "Nuestros compañeros están trabajando en la mota, donde están haciendo una primera tarea de contención. Sí pasara el agua, pondríamos motobombas y procederíamos a la evacuación del agua del pueblo hacia fuera", explica Héctor Martelles, cabo I del IV Batallón de la UME. 

Para los vecinos la noche de este sábado se resume en una palabra: incertidumbre. "La preocupación siempre está con todas las riadas", señala un vecino que se ha acercado a contemplar el río a su paso por la localidad. "Todo el mundo que habla dice que no habían visto una crecida tan grande", comenta otra vecina visiblemente preocupada.