Así ha sido la noche en la Ribera Alta con la punta de la crecida

Noche en vilo en los municipios de la Ribera Alta del Ebro. Como era de esperar, ante la que ya es una crecida del río histórica (con niveles por encima de los registrados en la de 2015), los vecinos de los municipios de Novillas, Gallur, Pradilla, Luceni y Boquiñeni han pasado la noche, junto a los equipos de emergencia, revisando el nivel del Ebro, reforzando motas y achicando agua. 

A medianoche, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) revisaban el nivel del agua en las viviendas que ya habían sido desalojadas en Novillas. La Guardia Civil, con el apoyo de los militares, había procedido en la tarde del domingo al desalojo preventivo de 55 personas de 23 viviendas de la calle Pablo Herráez de la localidad, las ubicadas junto al parque del Río Ebro y más cercanas al cauce. Durante toda la noche han estado pendientes también de la residencia colindante. 

Sobre la 1.00, efectivos de la UME trabajaban en el refuerzo de la mota de Gallur, donde había calles inundadas en la parte más baja del pueblo. Apenas media hora después, varios vecinos de Pradilla se agrupaban en torno a una hoguera y medían el nivel del agua, que, en esos momentos, estaba en 7,3 metros. Según explicaba un bombero que trabajaba en el lugar, las mediciones del río se hacen cada dos horas y se van enviando al centro de mando. De hecho, sobre las 4.30 el nivel del río había superado ya los 7,60 metros. 

Una vecina de Pradilla explicaba durante la noche que estaban preparados por si había que desalojar la localidad. En estos casos, aseguraba, "solo coges lo imprescindible, algo de ropa y poco más". "Porque qué coges y qué dejas", se preguntaba. Para ella, que cuenta que ha vivido esto mismo en muchas ocasiones, el sentimiento que invade a los vecinos al ver estas crecidas extraordinarias es el de impotencia: "Sientes muchísima impotencia porque cierras la puerta de tu casa, te vas y no sabes lo que encontrarás cuando vuelvas".   

En Boquiñeni, durante gran parte de la madrugada, efectivos de emergencia y vecinos voluntarios achicaban agua por filtraciones del nivel del freático. El alcalde de Boquiñeni, Juan Manuel Sanz, ha asegurado sobre las 5.30 que el agua estaba subiendo cada vez más y que tenían "un margen de 40 centímetros de mota". Por el momento, no iban a desalojar, algo que se decidiría una vez pasada la noche. No obstante, el edil aseguraba que estaban "bastante apurados". "Se ha barajado la posibilidad de desalojar, pero en principio todo es preventivo", decía, mientras insistía en que tendrán que estar muy pendientes en todo momento de los niveles. 

El nivel del río en Novillas y Pradilla a las 7:00 horas

Según los datos en tiempo real de SAIH Ebro, a las 7:00 horas, el nivel del río estaba en 8,20 metros a su paso por Novillas y la tendencia era descendente, por lo que ya habría pasado la punta de la crecida. A la misma hora (7:00), en Pradilla el nivel superaba los 9 metros (9,10 m exactamente) y la tendencia seguía al alza.  

En la capital aragonesa, el nivel del agua a las 6:00 horas era de 7,45 metros y seguía una tendencia al alza.

La jefa de Hidrología de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Marisa Moreno, ha afirmado en el programa Buenos Días Aragón, de Aragón TV, que la previsión es que la crecida alcance niveles máximos en Pradrilla este lunes, mientras que a Zaragoza Capital llegará el martes, donde en el Puente de Santiago se podrían superar los 2.200 metros cúbicos por segundo de caudal y una altura de más de 5,8 metros.

En cuanto a afecciones, Moreno ha señalado que hay zonas "donde los impactos pueden ser menores" que en 2015 debido a las actuaciones de prevención y mejoras de infraestructuras que se han ido realizando estos años "con el objetivo de salvaguardar los núcleos urbanos". Sin embargo, la jefa de Hidrología de la CHE ha insistido en que esto no quita "para que una estructura pueda fallar puntualmente", motivo por el que ha llamada a la vigilancia del caudal del río en todos los municipios potencialmente afectados.