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UNIVERSIDAD

Filosofía y Letras sigue su mudanza para poder recibir al alumnado en el segundo cuatrimestre

El antiguo edificio de 1940 será sustituido por otro de última generación que permitirá impartir una enseñanza "del siglo XXI"

ARAGÓN NOTICIAS /
Vestíbulo del nuevo edificio de Filosofía y Letras en Zaragoza. / Aragón TV
icono foto Vestíbulo del nuevo edificio de Filosofía y Letras en Zaragoza. / Aragón TV

La facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza está a punto de mostrar su nueva cara. Tras cuatro años en obras debido al mal estado de sus instalaciones, se recupera la vida académica que la facultad ha tenido desde 1940. Actualmente, la facultad está ahora en pleno proceso de mudanzas. En pocas semanas será sede de 20 titulaciones para unas 3.000 personas entre alumnos, profesores y personal administrativo. Un nuevo edificio para llevar el Arte y las Humanidades al siglo XXI y en el que ha entrado el programa 'Objetivo' de Aragón TV (sábado 16, 13:25).

Pero más allá de una construcción, Filosofía y Letras es un vivero que ha formado a numerosos protagonistas de la cultura aragonesa y española. Solo hay que poner algunos nombres sobre la mesa: el líder cubano José Martí, María Moliner, José Antonio Labordeta, Soledad Puértolas, Gabriel Sopeña e Irene Vallejo, por citar unos pocos ejemplos. Todos ellos tienen en común haber estudiado en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.

Un edificio pionero y con una gran vida estudiantil

En 1940 se inauguró su edificio, el primero del campus de San Francisco. Diseñado por el arquitecto José Borobio, albergó desde sus primeros días los estudios de Historia y GeografíaEliseo Serrano, decano de la facultad entre 2012 y 2021, explica que el edificio se diseña primeramente con dos plantas, "pero pronto se queda corto" y se duplica el número de plantas. "Lo que van a hacer es subir dos plantas más que son las que van a dar problemas", explica. 

El antiguo edificio de Filosofía y Letras, con sus dos plantas superiores añadidas. / Aragón TV

Desde el principio, ha sido una facultad con mucha vida estudiantil. Tanto en dictadura como en la democracia. Eliseo Serrano recuerda que a él le toco estudiar "en unos años muy conflictivos", ya que comenzó sus estudios universitarios en 1975. "Justamente el año de la muerte de Franco yo entraba en la facultad de Filosofía y Letras. He tenido que entrar prácticamente con el carné en la boca, con policías en la entrada", recuerda. 

Filosofía y Letras en los años de la Transición. / Aragón TV

De ese ambiente estudiantil expones sus recuerdos, Alberto Sabio, exalumno y hoy catedrático de Historia en la Universidad Complutense: "Aquí he hecho algunos de mis mejores amigos, y de mis mejores amigas y sé que nos vamos a acompañar el resto de nuestras vidas. La sociabilidad con los compañeros de tu grado y licenciatura o licenciaturas afines, de los que siempre se aprendía para tener conocimientos trasversales. De Geografía, de Literatura". 

El fin de una era y el camino hasta la renovación

Después de más 70 años de vida, el edificio mostraba evidentes síntomas de agotamiento en la pasada década. Eliseo Serrano explica algunas de las carencias que mostraba entonces: "Empezaron a caerse algunos techos, había muchas filtraciones de agua... Era un edificio muy obsoleto. La calefacción, por ejemplo, no funcionaba en el cuarto piso". Angel Pueyo, vicedecano de Infraestructuras entre 2012 y 2021 explica cómo en una salidas fuera de Zaragoza "se cayeron los techos de uno de los despachos". No obstante, reconoce que "todo el equipo de decanato y conserjería intervinieron rápidamente para evitarlo".

Así cayó el techo de uno de los despachos en 2016. / Aragón TV

Eliseo Serrano, explica que la gota que colmó el vaso fue la caída de una gran parte de las bovedillas del techo en el despacho de dos profesoras. Cayeron sobre la mesa y sobre el suelo. "Ese fue el momento en que decidimos ya que se tomaba cartas en el asunto o realmente no podíamos entrar aquí", explica. Y fue entonces cuando se planteó el traslado. Con todo ello, en 2019 se cerraba un época y, con las demoliciones, empezaban las obras para renovar una Facultad que, literalmente, se caía a trozos.

Un traslado y unas obras complicadas por un cúmulo de circunstancias

Las obras significaban trasladar decenas de despachos, archivos, secretaría y material académico de todo tipo a diferentes edificios de la Universidad. Angel Pueyo recuerda que el traslado ha supuesto ocupar espacios en 14 edificios no solamente para alojar profesorado y laboratorios sino al estudiantado. Y fue muy complejo, porque además, se sucedieron los acontecimientos, empezando por la pandemia. La actual decana, Elena Barlés, explica como desde su llegada al decanato le tocó lidiar con la pandemia, la borrasca Filomena, el traslado, la guerra en Ucrania y luego, recuerda, "una temporada de penuria económica" en la que hubo que adoptar distintas medidas de ahorro energético.

Obras de derribo del antiguo edificio. / Aragón TV

Con todo ello, recuerda Ángel Pueyo, "este edificio entra dentro de dos periodos muy críticos. Uno es una pandemia, y el otro es una guerra. Esto significa un aumento de costes muy importante en el que la Universidad se brega con el apoyo del Gobierno de Aragón". "El esfuerzo que se ha hecho, a pesar del retraso es muy importante, recuerda.  

De mudanza a un edificio de última generación

En el edificio de la calle San Juan Bosco ya están de mudanza. De allí saldrán alrededor de 10.000 cajas solo del profesorado. Llegarán a un nuevo edificio inteligente, eficiente en energía, accesible y con la última tecnología. Se mueven 2.500 en alumnado, 500 en profesorado, personal técnico, de administración y de servicios. Son 20 titulaciones entre las diez de grado y otros diez máster. 

Sobre el nuevo edificio, Ángel Pueyo recuerda que la voluntad siempre fue que el edificio fuera "un referente de la innovación y la modernidad que tienen las Humanidades y las Ciencias Sociales para Aragón". Elena Barlés explica que "todas las aulas están absolutamente dotadas de los mejores medios técnicos para poder impartir nuestras clases". "Son muy agradables, son luminosas, la presencia de la madera clara hace que los espacios sean más acogedores", explica.

El nuevo edificio está recibiendo el material de los edificios donde tuvo que trasladarse la facultad. / Aragón TV

Ángel Pueyo explica que ahora se está terminando la instalación de las aulas ahora y por ello, el estudiantado no regresará hasta después del primer cuatrimestre. Entre las nuevas instalaciones, Elena Barlés menciona unos platós de televisión y radio "que son espectaculares", laboratorios de arqueología, de prehistoria, una serie de instrumentos fundamentales vinculados con humanidades digitales, etc. "Se va a hacer una enseñanza propia del siglo XXI", asegura.

Alberto Sabio destaca que la obra arquitectónica "ha sido bastante cuidadosa y ha tenido el detalle de mantener algunos símbolos de la vieja facultad como la escalera en el 'hall', algún tipo de decoración..:".  "Iconos que cuando vayamos allí antiguos alumnos y los profesores más mayores se nos pongan los pelos de punta", señala.

Aula del nuevo edificio de la facultad. / Aragón TV

No obstante, todavía faltará la cafetería, recuerda Ángel Pueyo, "porque la inversión era muy potente, más de medio millón de euros". "Suponía elegir entre equipar tecnológicamente el edificio o tener que sacrificarla. Entonces, por ahora, está sin terminar", recuerda. Una carencia temporal que, de alguna manera, lamenta Alberto Sabio: "El bar en una facultad es escuela de aprendizaje, es lugar de sociabilidad, de intercambio de opiniones con otros compañeros de otras áreas de conocimiento. El bar es un ingrediente fundamental para hacer facultad". En cualquier caso, está previsto que los pliegos se elaboren a lo largo de 2024.