España atiende a más de 700 mujeres al año por mutilación genital femenina

La celebración del Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina ayuda a desmontar falsos mitos sobre esta práctica ilegal que atenta contra niñas menores en más de 30 países de África Subsahariana y Oriente Próximo. Cada cinco minutos una niña sufre mutilación genital en el mundo. En España, en 2022, Médicos del Mundo atendió a más de 700 mujeres por este motivo. Las alarmas saltan cuando una familia originaria de uno de estos países viaja allí de forma repentina.

La ONG Médicos del Mundo aclara que es una práctica que no responde a una religión, sino a la zona en la que reside la víctima y la etnia a la que pertenece. Otra de las falsedades es que es más higiénica; al contrario, puede provocar hemorragias e infecciones urinarias y vaginales. Y no puede compararse con la circuncisión masculina, porque esta no tiene repercusiones para la salud ni la sexualidad del hombre. Tampoco es cierto que las mujeres que han sufrido este proceso sean más fértiles, todo lo contrario, esta práctica puede provocar infertilidad y partos complicados con riesgo de muerte para el bebé.

Muchas de estas niñas "mueren desangradas"

Margarita Alfaro, voluntaria de la ONG Médicos del Mundo, alerta de que muchas de estas niñas "mueren desangradas" o sufren infecciones desde una edad temprana y secuelas que "se aprecian después en el momento del parto" y generan muchas complicaciones.  

Además, estas niñas sufren hemorragias, lesiones en los órganos internos y complicaciones en la vida sexual y psicológica. Desde Médicos del Mundo trabajan en la prevención e insisten a las familias que esta es una forma más de violencia contra las mujeres. De esta manera, se "va a aunando un discurso más amplio de razones y argumentos", subraya Julia Moreno, trabajadora social de Médicos del Mundo. 

Aragón cuenta con un protocolo de prevención desde 2012

Aragón fue una de las primeras comunidades que puso en marcha, en el año 2012, un protocolo para prevenir esta nociva práctica cultural. La ley española la castiga, además, con hasta con 12 años de prisión.