Publicidad
DÍA INTERNACIONAL

Escapar de la violencia contra las mujeres: "Del maltrato se sale, del cementerio no"

Una mujer asesinada, 2.549 denuncias y 401 órdenes de protección es el saldo que deja la violencia machista en la Comunidad en lo que va de año. Este sábado se celebra el día internacional para su eliminación

L. B. /
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres busca visibilizar, denunciar y erradicar esta lacra.
icono foto El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres busca visibilizar, denunciar y erradicar esta lacra.

Una mujer asesinada, 2.549 denuncias y 401 órdenes de protección en Aragón en lo que va de año. Detrás de las abultadas estadísticas de violencia contra las mujeres también hay una lección de valentía y esperanza: cada año cientos de aragonesas recorren de la mano de los servicios de asistencia y de las asociaciones el camino para salir de esta situación. Este sábado, 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una fecha que busca visibilizar, denunciar y erradicar esta lacra. 

Según el Gobierno de Aragón, la violencia contra las mujeres es aquella ejercida sobre las mismas como instrumento para mantener la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder, y comprende toda conducta que atenta contra la dignidad e integridad física y moral de las mujeres por el hecho de serlo. Pero la de la violencia no es solo una definición, y quienes han sobrevivido a ella lo saben bien. "Económica, psicológica, digital... Existe un amplio abanico de violencias que se ejercen sobre las mujeres y cometemos el error de pensar solo en la física o sexual. La psicológica es la más común y por la que suele empezar todo, pero es invisible y, además, está invisibilizada", explica Natalia Morlas, presidenta de Somos +, una asociación aragonesa integrada por sobrevivientes. 

"Mi relación de violencia duró siete años y acabó el día que, en lugar de cerrar las puertas y ventanas para que nadie se enterara de la agresión, salí al rellano a pedir ayuda", cuenta Morlas. La superviviente explica que, a la hora de tomar esta decisión, "cada mujer tiene su momento": "En mi cabeza había una pieza que no encontraba su lugar, hasta que lo hizo".

Sobre lo que ocurre después, Morlas se sincera: "No es un camino de rosas, quienes vayan a iniciarlo tienen que saber que va a ser difícil, pero se sale. De donde no se vuelve es del cementerio". Para mitigar la dureza del proceso, desde la asociación ofrecen apoyo y acompañamiento: "Siempre las escuchamos, les dejamos vaciar la mochila que traen sobrecargadísima y les aconsejamos".

"Desde las asociaciones no estamos para suplir la labor de ninguna institución -indica-, pero sí para ayudar, porque lo hemos pasado y somos conscientes de lo que están sintiendo en cada momento". En cuanto a las demandas que plantean desde Somos +, la presidenta señala la necesidad de incorporar profesionales especializados en género y violencia en todas las fases del proceso judicial y un sistema punitivo más severo para los maltratadores. "Si me preguntan sobre el futuro de la asociación, la respuesta es que mi ilusión es que no exista porque ya no haga falta", asevera.

"Reaprender a vivir"

El servicio de Educación Familiar del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) ha tratado a lo largo de este año con 102 mujeres y 41 menores. En él trabaja Alma María López, quien asegura que es "muy gratificante" formar parte de la recuperación de las víctimas, una transformación que pasa por "reaprender a vivir". "Como educadora, nuestro trabajo se basa en redactar una serie de objetivos, como pueden ser la inserción laboral, la adquisición de habilidades familiares o de economía diaria, la adherencia a un tratamiento..., y acompañarlas en el proceso", indica López.

Entre los propósitos de su labor están los de enseñar a desterrar la violencia de las relaciones familiares, evitar la revictimización de los menores y 'reinsertar' a las víctimas en la normalidad. "Es un recurso poco conocido y muy útil para las mujeres que se encuentran en una situación vulnerable por la razón que sea y que no cuentan con la red necesaria para salir de ella. Aunque existe un estereotipo -apunta la profesional-, no hay un perfil concreto, ya que es un problema transversal y no hay ninguna mujer que esté libre de poder llegar a necesitar este recurso algún día".

López compara la función que realizan desde el servicio de educación familiar con la de una muleta. "No dirigimos su vida. Les servimos de apoyo hasta que aprenden a andar por ellas mismas", indica.

Alejar a los menores de la violencia

Desde enero, 266 menores, de entre tres y 18 años, han sido atendidos por los servicios de psicología del IAM. Evitarles un sufrimiento adicional es el motivo por el que, en muchos casos, las madres eluden separarse, una 'solución' que puede agravar el problema. "El camino no es fácil, pero la mejor manera de ayudar a los niños es alejándolos de la violencia diaria. Lo que vemos es que, de no hacerlo, la acaban normalizando y utilizando como forma de relación", apunta Vanesa Bielsa, psicóloga infantil que atiende a hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género.

"Los niños son conscientes de que viven con miedo y de que en casa está pasando algo que no es normal. Hay muchos que tienen reticencias a hablar mal del padre y suelen estar muy cohibidos. Por eso, les damos herramientas para sacar las emociones que sienten y ponerlas en orden", explica Bielsa. 

La profesional indica que, en un primer momento, la separación provoca un "terremoto": "La violencia continúa, se transforma y pasa a ser vicaria. Lo vemos en el 90% de los casos, y aquí es donde entra nuestro trabajo. Hacemos un acompañamiento emocional a las madres y a sus hijos". Pese a las dificultades iniciales, la profesional indica que, aproximadamente, el 70% de los hijos víctimas de violencia de género no vuelven a reproducir esas conductas y son críticos con lo que han vivido. "Vemos muchos éxitos", asegura.

"Son terapias a largo plazo, pero en las que sí que vemos muchos progresos cuando se refuerza y empodera la madre, ya que es clave para reducir el perjuicio que recibe el menor y resarcir parte del daño. A ellas les hacemos ver todo lo que han sido capaces de conseguir solas", señala Bielsa, quien reconoce que, por la especial sensibilidad de su trabajo con los menores, "a veces toca llorar con ellos". 

Desde el año 2003, cuando comenzaron a computarse las cifras de violencia de género en España, un menor y 33 mujeres han sido asesinados en Aragón. La última de ellas, María del Carmen Fernández, tenía 39 años. El crimen se produjo en Villanueva de Gállego (Zaragoza) el pasado marzo, cuando la víctima fue a recoger al niño de seis años que tenía en común con su expareja, quien la agredió mortalmente con un arma blanca en presencia del menor. 

*El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 52 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.

En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062), y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.