El párkinson es la enfermedad neurodegenerativa que afecta a 5.500 aragoneses

Se calcula que unos 5.500 aragoneses padecen párkinson, 160.000 personas en el conjunto del país. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa y sin cura, que este martes, 11 de abril, celebra su día mundial para la concienciación. Afecta a personas de todas las edades, más allá de los mayores. De hecho, el 15% de los pacientes tienen menos de 50 años.

Es el caso de Ana Carmen Villanueva, a la que le diagnosticaron la enfermedad con 39 años y con dos hijos menores de 10 años. "Pensamos que solo afecta a abuelitos de 80 años que tiemblan por la calle, pero cuando te dicen que es párkinson, se te cae el mundo encima. Piensas en cómo estarás en cinco años, en cómo explicarles a tus hijos que no podrás ir al parque o hacer determinadas cosas", ha compartido esta aragonesa en el programa Buenos Días, de Aragón TV.

En su caso, un temblor en un dedo de la mano hizo saltar las alarmas. Es uno de los síntomas más conocidos, pero no es el único y no implica necesariamente que sea el desencadenante de esta enfermedad, como ha subrayado la presidenta de la Sociedad Aragonesa de Neurología, Elena Muñoz: "Hay temblores que no son párkinson y párkinson que no tiene temblores. Cuando el diagnóstico se hace a personas jóvenes, de 30 años, es dramático. Su vida da un cambio radical".

La lentitud de movimientos, escribir con letra más pequeña de lo habitual, arrastrar los pies al andar o tener dificultades en el habla también pueden ser síntomas de que el párkinson está presente. "No hay un manual de cómo funciona. No conocemos todavía todas sus caras porque es una enfermedad multifactorial. En un 5% de los casos, el factor hereditario es clave, pero en el resto, puede deberse a factores ambientales, pero no hay algo claro que desencadene la enfermedad", ha explicado Eva Pilar Chueca, terapeuta ocupacional en la Asociación Parkinson Aragón.

El ejercicio físico, clave para ralentizar la enfermedad

Esta patología no tiene cura, pero sí hay tratamiento para limitar su avance. "Fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, psicológica... Todo eso ayuda. Aunque lo que mejor funciona, y así está demostrado, es el ejercicio físico, que ralentiza el envejecimiento de las neuronas", ha indicado Chueca. Una receta que Ana Carmen Villanueva sigue a rajatabla desde que conoció su diagnóstico: "Si eso me va a ayudar, lo hago. Yo les explico a mis hijos que necesito más tiempo para hacer las cosas, que igual me tienen que ayudar a cruzar la calle, pero lo hago y les demuestro que puedo". 

Miguel Ángel Martínez padece también esta enfermedad desde hace cuatro años. El diagnóstico le asustó, pero trabaja cada día para alejar los impedimentos que puede generarle. "El párkinson es lentitud. Todo se hace despacio, todo cuesta mucho, cualquier movimiento es lento. Yo, en mi caso, estoy bastante contento porque cuando me diagnosticaron me temía que en tres o cuatro años ya no podría subir escaleras o algo así, y han pasado cuatro años y puedo subir escaleras". 

En su caso, la terapia es fundamental para mantener a raya los síntomas. Realiza ejercicios guiados a través de su tableta y gracias a la ayuda de la Asociación  Parkinson Aragón. "Esos ejercicios van a facilitar y dar autonomía en el día a día. Miguel Ángel es el ejemplo claro de que haciendo ejercicio está muy bien. Él vino peor y ahora está mucho mejor. Además, yo creo que cuando vienen al grupo también conocen a otras personas y pueden compartir cómo se encuentran", ha señalado Chueca. 

Pacientes, médicos y asociaciones ponen este año el foco en la familia y el entorno de los enfermos. "Son un pilar fundamental y también necesitan su tiempo para saber cómo manejar la situación y cómo ayudar", ha recalcado la terapeuta.