Aragón insiste en la necesidad de que el túnel de Bielsa permanezca abierto las 24 horas del día
En un encuentro técnico que se celebrará este miércoles en Tarbes, el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, volverá a pedir a Francia que no cierre esta vía de comunicación durante la noche, como hace desde hace casi dos años
El Gobierno de Aragón, a través de su consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, volverá a pedir a Francia la reapertura del túnel de Bielsa durante las 24 horas. Lo hará en la reunión técnica prevista el próximo miércoles en la localidad gala de Tarbes, en la que insistirá en la idea de que esta infraestructura es vital para el Sobrarbe.
El problema comenzó en enero de 2021, cuando Francia decidió, de manera unilateral, cerrar el túnel de Bielsa por las noches. Al principio, el paso estaba cortado entre las 22:00 y las 06:00 horas y, desde julio de 2022, de 00:00 a 06:00.
El Gobierno francés defiende el cierre por motivos de seguridad. Sin embargo, el consejero de Vertebración del Territorio asegura que la infraestructura cuenta con el equipamiento necesario como para que no sea necesario el cierre nocturno. "Tenemos detectores de matrículas, 65 cámaras que graban las 24 horas del día, imágenes que están a disposición de la Gendarmería, de la Guardia Civil y la Policía Nacional...no hay ningún problema de seguridad", ha indicado Soro.
La caída del tráfico entre los dos países por el cierre nocturno del túnel es evidente, y alcanza el 30% si comparamos los veranos de 2019 y 2021. Un descenso que alivió la ampliación, en dos horas, del horario de apertura, unque todavía se está lejos de las cifras de 2019.
Y esta disminución afecta económicamente a los negocios del Sobrarbe, como explica el alcalde de Bielsa, Miguel Ángel Noguero: "Hay gente que tiene empresas aquí que se dedican al mantenimiento y limpieza de apartamentos allí, y hay personas que van a trabajar a la construcción y han tenido que ajustar sus horarios al cierre".
También lo notan en la hostelería. En el caso del restaurante La Pipeta, ubicado en Parzán, la limitación de los horarios para pasar de un lado a otro de la frontera ha provocado una caída en el número de clientes. "Hemos pasado de dar entre 35 y 40 cenas antes del cierre, a tan solo siete u ocho", explica uno de sus propietarios, Hugo de Castro.
La del miércoles no será la primera ocasión en la que el Gobierno de Aragón pida la apertura al Ejecutivo galo. Una medida que, defiende Soro, va en la línea del espíritu de la Unión Europea: "Si nos creemos esa idea y que las fronteras no existen, el Pirineo no debe separar sino ser un territorio común para impulsar proyectos", ha declarado.
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