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HIGIENE FEMENINA

El auge de la copa menstrual: la mitad de las mujeres españolas ya la utiliza

Este producto lleva en el mercado más de 15 años, aunque se ha popularizado recientemente. Tienen una vida útil de 10 años, son reutilizables y de distintos tamaños para adaptarse a cada cuerpo

M.B. /
Imagen de archivo de copas menstruales. / Canva
icono foto Imagen de archivo de copas menstruales. / Canva

Las hay de distintos colores, tamaños y calidades. Las copas menstruales comienzan a imponerse como el producto menstrual más elegido por las mujeres españolas, aunque las clásicas compresas siguen siendo una de las opciones favoritas. Sin embargo, una de cada dos mujeres ya se han pasado a la copa menstrual (el 48,4% en algún momento del ciclo) y ha aumentado el uso de productos menstruales reutilizables, según indica el estudio sobre Equidad y Salud Menstrual en España, elaborado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina.

"Nosotras empezamos a vender copas menstruales hace ya 15 años, cuando no las conocía nadie. Es un producto que se ha popularizado muy recientemente. De hecho, hace unos años explicábamos en qué consistía a nuestras clientas y generaba entre rechazo y curiosidad. Ahora, la gente ya las usa y se puede encontrar en muchísimos sitios", explica Victoria Tomás, sexóloga y socia de la cooperativa encargada del centro sexológico zaragozano Desmontando a la Pili. 

Para el que todavía desconozca este producto, la copa menstrual es un recipiente con forma de embudo que puede estar fabricada con silicona o látex. Se coloca en la vagina, de una forma similar al tampón, y se retira al cabo de unas horas (varía dependiendo de la mujer), cuando está llena. Tal y como comenta la sexóloga, ahora se pueden encontrar en grandes superficies, tiendas especializadas, tiendas 'online' o incluso Amazon.

El perfil de la mujer que utiliza la copa: entre 26 y 35 años

Sin embargo, Victoria Tomás advierte de que no todo vale a la hora de elegir la copa. "No todas tienen la misma calidad. Es importante que sea una silicona médica. Al final es un producto que te va a durar entre ocho y 10 años. Es decir, que aunque ahora te cueste pagar su precio, a largo plazo te lo vas a ahorrar", señala. 

En cuanto a las edades, el estudio elaborado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria destaca que la franja comprendida entre los 26 y los 35 años es la que más usa productos reutilizables (64,1%), mientras que las mujeres comprendidas entre los 45 y los 55 años utilizan de forma preferente productos no reutilizables, como compresas o tampones (82,9%).

De la misma forma se refiere Beatriz Buil, vocal de la Asociación Científica de Matronas de Aragón y matrona en el centro de salud de Caspe (Zaragoza), que afirma que hay un cambio generacional a la hora de utilizar un producto u otro. "La copa menstrual se puede utilizar desde la primera vez que te viene la regla, pero es más habitual que la utilicen las mujeres que van de los 20 a los 40 años y mucho menos frecuente entre las de más de 40. Creo que en parte se debe al mayor autoconocimiento de la mujer, ya que hemos evolucionado mucho en los últimos años, además de la concienciación con el residuo cero, porque te dura 10 años y no necesitas utilizar otros métodos", explica. 

Recomendada en mujeres con mayor tendencia a sufrir infecciones vaginales

Además, la recomienda como método alternativo a compresas y tampones de forma general, pero más aún si la persona suele sufrir infecciones vaginales frecuentes, como hongos o vaginosis bacteriana. "Es un método más inocuo. Las compresas pueden producir irritaciones y puede haber mayor riesgo de infecciones vaginales. Hay personas más sensibles a las infecciones a las que les puede venir muy bien la copa menstrual", explica. 

La matrona también afirma que sigue habiendo muchos tabúes respecto a la menstruación y que es necesario apostar por la formación. "Sigue faltando mucha educación sexual. Hemos mejorado, por suerte ya no es como en la generación de nuestras abuelas cuando teníamos que ocultarlo y no hablar de ello. Creo que las redes sociales han hecho mucho por desmitificar la regla", añade.