Duelo perinatal: un dolor invisible para el que el apoyo psicológico es fundamental

El duelo perinatal, el que se produce tras la pérdida de un bebé durante el embarazo o en los momentos previos o posteriores al parto, ha sido durante mucho tiempo un tema tabú que los padres afectados sufrían en soledad. Un silencio que dificulta la curación. Por eso, cada vez más asociaciones se encargan de apoyar y orientar a quienes están atravesando un duelo perinatal. Además, los hospitales aragoneses cuentan con protocolos que se ponen en marcha en cuanto se produce el deceso del bebé.

En el programa Objetivo, de Aragón TV, que se emite este jueves, la psicóloga Victoria Martínez hace hincapié en la importancia de apoyar a los padres en este momento, sin presionarles para que superen una situación que, en gran medida, es insuperable : “Pretender decirle a alguien que el tiempo lo cura todo es un error, porque no ayuda nada. Y si no sabemos qué decir, es mejor abrazar a la persona o decirle que le entiendes en su dolor. No puedes decirle eso de que ya tendrá otro hijo, porque ningún hijo puede sustituir a otro".

Un apoyo que prestan asociaciones como 'El hueco de mi vientre' o 'Brisa de Mariposas', cuya presidenta, María Elipe, pide empatía y medidas sociales para los padres: “Solemos decir que el dolor no se mide en semanas y eso es así. Necesitamos una sociedad más empática con todo lo que nos sucede. Además, nos quedan pendientes las bajas de las mamás que tienen pérdidas antes de los 180 días". En esto profundiza Miguel, un padre que perdió a su hija antes del nacimiento: “Son momentos de shock porque tú estás mal por tu hijo y por tu mujer al mismo tiempo. Y luego está, a nivel social, que los padres no tenemos baja. En mi caso, fue salir del hospital y tener solo tres días de baja. Es como decirte, en tres días ya te has podido recuperar.”

Ante el fallecimiento de un bebé antes o durante el nacimiento, los expertos recomiendan a padres y familiares que se despidan para poder iniciar el proceso de duelo, algo que hicieron Miguel y Laura. Ella, incluso, guardó el arrullo de su hija por recomendación de su matrona: "Yo no me lo quería quedar pero ella insistió y me alegro mucho de haber tomado la decisión. De hecho, todavía la llamo a veces para darle las gracias”.

El apoyo del personal sanitario forma parte de los protocolos que los centros hospitalarios aragoneses ponen en marcha cuando se produce una situación así. En el Miguel Servet se activan a partir de la semana 12 de embarazo, como explica la supervisora de la Unidad de Medicina materno Fetal, Sonia Elena Gregorio: “Vimos la demanda de las familias, que había cosas que se podían mejorar y así lo hicimos. Fundamentalmente aquí lo que cambiaron fueron los tiempos: tiempos para estar tranquilos en familia, para hacer trámites, para despedirse de su bebé si así lo solicitan".