La avalancha de compras en Navidad, la búsqueda de una felicidad efímera que puede esconder otros problemas

El gasto medio de los españoles durante las próximas fiestas de Navidad alcanzará los 735 euros por persona, un 15% más que el año pasado, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios. Además de regalos, viajes y comida, ese dinero servirá em algunos casos, según los expertos, para tratar de comprar la felicidad que nos venden las campañas publicitarias navideñas de tiendas y marcas, que en este periodo generarán entre un 20 y un 40% de sus ventas anuales.

Gastar y ser feliz son cosas que la ciencia ha relacionado, ya que se ha demostrado que las compras generan dopamina, un neurotransmisor relacionado con la felicidad. En el programa Objetivo, que se emite este jueves en Aragón TV, el psicólogo Alberto Beltrán advierte del peligro de utilizar los regalos, ya sean para uno mismo o para los demás, para camuflar otros problemas, porque pueden acabar generando adicción: "Hemos tenido coleccionistas que empiezan a comprar muchas cosas y acumulan, camuflando un problema al amparo del coleccionismo. Sobre todo hay muchas inseguridades, autoestimas muy dañadas y un estilo de afrontamiento de problemas muy evasivo, muy escapista".

En los casos extremos, hay que tratar las compras como una adicción, en el centro municipal de prevención de Zaragoza han atendido muchos casos desde 2006. El psicólogo Alberto Beltrán habla de tres filtros para reconocer a un adicto a las compras: "El primero seria el de la suficiencia presupuestaria, el segundo es comprar cosas q sean inútiles o que no las necesite, y el tercero es que en el entorno hay quien me advierte de que estoy dedicando mucho tiempo o gastando mucho dinero en compras".

Además, cuando se trata de niños, el exceso de regalos tiene todavía más consecuencias negativas, como indica el psiquiatra Javier García Campayo: "Lo que vemos, y es muy lamentable, es que padres que no tienen tiempo de estar con sus hijos intentan sustituirlo con regalos y con objetos. Es una práctica muy frecuente, y hoy en día hace que los niños desde pequeños tengan la idea de que el afecto interpersonal se puede sustituir por objetos".