Diez luchadores de El Burgo de Ebro representan a España en el mundial de combate medieval

Ataviados con armaduras y pertrechados con espadas y hachas, los 10 luchadores del equipo Mañowar, de El Burgo de Ebro, están en Praga (República Checa) representando a España en la Copa Mundial de Combate Histórico Medieval. El evento es uno de lo más importantes a nivel internacional y en él participan más de 500 personas de todo el mundo. "Estamos muy contentos de representar al país", señala David del Cerro, vicepresidente y segundo capitán del equipo zaragozano.

El rigor histórico y la seguridad son las bases de eventos como este, aunque el uso de armas reales, sin filo ni punta, no está exento de riesgos al tratarse de un deporte de contacto. "Por suerte no ha habido heridos graves. Nosotros, por ejemplo, tenemos algún moratón y contusiones", indica el luchador. Esas heridas, sumadas al cansancio de los combates, han hecho que los aragoneses no puedan participar en los tres torneos que tenían en mente - 12 contra 12 y 30 contra 30-.

"Hemos peleado en el cinco contra cinco frente al equipo que ha ganado la liga francesa, también contra los mejores de Polonia y de Italia. Eso nos ha desgastado y hemos antepuesto la seguridad y el bienestar de los luchadores, por eso no vamos a seguir en la competición", lamenta Del Cerro. 

No es la primera vez que participan en estos eventos, de hecho, ellos mismos han celebrado tres en la localidad zaragozana, a los que han acudido más de 8.000 personas. Para este año plantean otro, esta vez de carácter internacional, y siempre con la ayuda del Ayuntamiento de El Burgo de Ebro, al que agradecen las facilidades que les brinda.

Tienen experiencia y conocen a la perfección los combates, pero no ha sido suficiente: "Se nota que en otros países llevan más años practicando. Nosotros empezamos en 2016 y algunos en 2020. Se nota la veteranía de otros equipos". 

Con todo, tienen claro su objetivo y ya tienen la mente puesta en su siguiente meta: ganar el próximo torneo que se celebre en España. 

Historicidad, epicidad y seguridad

Combates como los que se están celebrando en Praga no son solo eventos deportivos, tienen también un trasfondo histórico, en el que el rigor es fundamental para garantizar una experiencia inmersiva de combatientes y público. 

"Cuando llegas al campamento, pasas por un control de armas. Vigilan que sean reales y que cumplan con las medidas exigidas por la organización. El tiempo que pasamos en el lugar, lo hacemos en el campamento medieval que se instala para la ocasión", cuenta el segundo capitán de Mañowar. 

Todo es fiel a la historia, desde las herramientas que se utilizan para montar las tiendas, hasta las armaduras que portan. "Nos las hacen a medida y con materiales como el acero templado. Normalmente, lo encargamos a herreros de otros países, en los que tienen más experiencia en combate medieval", indica. 

La armadura y las protecciones pueden pesar hasta 30 kilos y las partes que lo componen deben ser fieles a los trajes medievales reales. A eso se suma el peso de las armas, que oscila entre uno y tres kilos y medio.