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TECNOLOGÍA

Códigos QR: de atajo web a medida sanitaria

La necesidad de evitar el contacto físico y la manipulación de objetos en espacios públicos por la pandemia ha popularizado el uso de estos criptogramas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Dos personas utilizando el código QR en su teléfono móvil

Casi 30 años después de su creación y después de una travesía por el desierto de la indiferencia, los códigos QR han ganado presencia y popularidad gracias a la pandemia y la necesidad de cumplir las medidas sanitarias. Restaurantes, espacios culturales o transportes públicos ya trabajan con estos criptogramas. El QR ha pasado de ser esa imagen encriptada de desconocido uso al elemento que nos ahorra manipular la carta de un restaurante, imprimir las entradas para ir al cine o que nos informa de cómo de lleno llegará el próximo tranvía.

Este invento comenzó como una estrategia de marketing de la compañía Toyota en Japón en el año 1994. A Europa, y concretamente a España, tardó aún varios años en llegar y mucho más tiempo en popularizarse. Sin embargo, el manejo de las nuevas tecnologías lo convirtió en una puerta, por ejemplo, a dejar el Whatsapp en su versión móvil para usarlo de manera online o a pasear por un museo con la posibilidad de conocer información de cada obra sin necesidad de contratar a un guía.

La llegada de una pandemia ha contribuido en enorme medida a que las empresas e instituciones piensen en lenguaje QR. Ahorramos tiempo, trabajo y papel.  Desde algo tan simple como nuestro billete de vuelo a todo un manual de instrucciones. “Es una forma de que se respeten las medidas de seguridad”, comenta una vecina de Teruel. Hay quien va un paso más allá: “Yo creo códigos QR desde hace un tiempo. Los uso para enlazar a vídeos de Youtube que yo misma subo e incluso utilicé uno para presentar mi trabajo de fin de grado”.

Fáciles de crear en varias web gratuitas que están a alcance de click y también de usar. Para quien siga sin saber cómo se decodifica ese símbolo que se asemeja a un copo de nieve digital, no tiene más que abrir la cámara de su teléfono móvil y esperar a que el lector le dirija a un enlace web.