Las diócesis aragonesas cancelan las procesiones de Semana Santa

Las diócesis católicas aragonesas han preparado un decreto para la Cuaresma y Semana Santa de este año 2021 con un planteamiento común aunque promulgado por cada obispo diocesano, y que establece la supresión de todos los actos que impliquen el uso de la vía pública, como las procesiones, pero no las correspondientes liturgias.

Los prelados aragoneses advierten que la Semana Santa "no queda suprimida" e invitan a los fieles a vivir "con verdadera profundidad" las celebraciones litúrgicas, de acuerdo con las medidas sanitarias de protección y aforo establecidas tanto por la normativa diocesana como por las autoridades civiles para evitar contagios por la covid-19.

Según el decreto, se suspenden "todos los actos y celebraciones organizados por parroquias, hermandades y cofradías, asociaciones u otros grupos de fieles, que tengan carácter de culto externo y en general todos aquellos en los que se haga uso de la vía pública" lo que implica, añaden, que no se podrán utilizar "los exteriores de los edificios para realizar cualquier tipo de concentración o de acto de culto".

Tiempo de "espiritualidad"

En lo referente a diferentes actos y estaciones de penitencia, los prelados explican que se seguirán los subsidios litúrgicos e invitaciones que las propias diócesis, las delegaciones episcopales, parroquias, cofradías y asociaciones "ofrecerán oportunamente para vivir en profundidad el tiempo de la Cuaresma y de la Semana Santa".

Animan a celebrar "con una especial espiritualidad" los cultos internos, eucaristías y actos de piedad que se realicen, de acuerdo al respecto de las medidas sanitarias y piden a las comunidades cristianas que "extremen los auxilios y ayudas a los más necesitados" y se eleven "constantes preces a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María por el fin de la pandemia y por los más afectados por ella, vivos y difuntos".

Los decretos han sido promulgados teniendo en cuenta las previsiones sobre la evolución de la pandemia, tras ser consultadas las autoridades civiles y sanitarias y escuchar a los órganos diocesanos competentes. El anuncio afecta a la Archidiócesis de Zaragoza y a las diócesis de Barbastro-Monzón, Tarazona, Jaca, Huesca y Teruel y Albarracín, que a su vez han publicado sus propios decretos.