Campo aspira a batir un récord Guinness con 15.000 hueveras

La localidad de Campo, en la comarca de La Ribagorza, aspira a conseguir este sábado el récord Guinness con 15.000 hueveras en esta categoría. La propuesta parte de una de sus vecinas, María José Fuster, con la que culminaría su extensa colección que ha ido recolectando a lo largo de 50 años.

La pasión por estas pequeñas y delicadas figuras, al igual que el alimento que pueden albergar, comenzó admirando un juego de cuatro piezas que había en casa de sus abuelos en Campo. "Me llamaban la atención porque eran muy coloridas y vi en sus formas un equilibrio perfecto entre belleza y funcionalidad", explica la coleccionista. 

Poco a poco y gracias a haber vivido en diferentes países como Bruselas y Roma, consiguió aumentar el número de piezas. "En cada viaje que he hecho siempre he comprado alguna. En Inglaterra, Alemania...". Sus lugares predilectos para encontrar nuevos ejemplares son los mercadillos de segunda mano y anticuarios. Aunque reconoce que a lo largo de los años ha recibido ayuda. "Amigos, familiares, colegas de trabajo, compañeros de cursillos, vecinos, miembros de asociaciones afines, simpáticos conocidos, parejas de unos y otros y, en fin, una densa red de personas generosas han ido aportando inestimables contribuciones", afirma. 

Sus hijos han crecido "sin mayor trauma que el de haber tenido que aprender a jugar al fútbol en el salón sin romper ni una sola de las cientos de hueveras que allí se acumulan", recuerda Fuster en su blog. Cada una de las hueveras es distinta, aunque guardan en común que están dibujadas y numeradas por ella. María José admite que no puede decantarse por una sola, pues todas son "especiales". Eso sí, alguna de ellas contienen detalles que también han quedado guardados en la memoria de la coleccionista, como la frase "cuando los jóvenes estaban luchando en el frente, las mujeres estaban trabajando para sacar el país adelante". 

"Me hará mucha ilusión por el pueblo" 

Conocida en el municipio como 'Finin', desea mostrar su reconocimiento a todos aquellos que han realizado una aportación a su muestra. "Quiero dejar constancia así de mi agradecimiento a todos ellos y si además conseguimos el récord, más que por mí, me hará mucha ilusión por el pueblo", explica. Alcanzar este logro es relativamente sencillo, ya que por ahora ese título lo ostenta con alrededor de 900 piezas un municipio de Francia.

Cada huevera expuesta es diferente y está numerada por María José Fuster. / Judith Coloma 

A sus 76 años, 'Finin' quiere poner punto y final a la colección tras medio siglo recopilando estos originales objetos "aparentemente anodinos" destinados a cumplir una única función: comer un huevo pasado por agua, a la que se suma ahora una más, conseguir un nuevo récord Guinness para la Comunidad. 

Apoyo vecinal y asociativo

Los vecinos de Campo, el tejido asociativo y el ayuntamiento de la localidad se han volcado totalmente en este reto. Debido al alto volumen de objetos han tenido que acondicionar el salón cultural para su exposición, en el que han montado más de 60 mesas. "Son decenas de cajas que abrir y luego colocar, el trabajo es impresionante", apunta José Eusebio Echart, alcalde del municipio. A pesar del esfuerzo, es un hito muy importante: "Sobre todo para María José, para nosotros es un honor". 

Parte de estos recipientes, 1.500, han estado expuestos en el Museo de Juegos Tradicionales de Campo. "Llaman mucho la atención y se convierten en un excelente atractivo más", indica el alcalde. La muestra de hueveras podrá observarse este sábado de 17:00 a 21:00 de la noche y este domingo de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00.

Otros récords Guinness en Aragón

Alzarse con el récord Guinness supondría el primero para este municipio oscense, pero no es el primero para la Comunidad. Entre alguno de los más curiosos se encuentra la longaniza más larga del mundo en Graus, en 1996, el plato de patatas bravas más grande elaborado por 2.040 kilos de patatas en Cella, Teruel, en 2002. Huesca, en 2011, hizo el dominó humano más grande con 526 colchones y, en 2015, Cerler creó el mayor mojito para el que utilizó 3.404 litros y se repartieron 14.500 consumiciones.