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CONDUCTAS FRAUDULENTAS

Cámaras ocultas, pinganillos o móviles: la picaresca en los exámenes teóricos de conducir

Utilizar medios electrónicos prohibidos para conseguir las respuestas correctas conlleva una multa de hasta 500 euros y no poder presentarse durante un periodo de seis meses. El año pasado se detectaron al menos 14 casos en Zaragoza

A. H. /
Material utilizado fraudulentamente en exámenes del carné de conducir. / Guardia Civil
icono foto Material utilizado fraudulentamente en exámenes del carné de conducir. / Guardia Civil

Cada año se celebran miles de pruebas teóricas del examen de conducir en la Comunidad, solo en Zaragoza el año pasado fueron cerca de 20.000, y en ocasiones Agentes del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT), encargados de vigilarlas, detectan comportamientos fraudulentos entre los examinandos, a los que pillan 'in fraganti' con cámaras ocultas, pinganillos o móviles, con el fin de conseguir las respuestas correctas. En 2023, detectaron en Zaragoza a 14 personas que se presentaron a estas pruebas utilizando alguno de estos medios electrónicos prohibidos. 

"Un poco de picaresca ha existido siempre, y yo creo que en este país la tenemos", indica José Antonio Mérida, jefe provincial de Tráfico de Zaragoza, quien recuerda que la utilización de estos dispositivos supone una infracción administrativa. "Se abre un expediente, se le impone a quien ha cometido el fraude una multa de 500 euros, y no puede volver a presentarse en seis meses", detalla. 

En lo que va de 2024 ya se han detectado varios casos en la Comunidad, algunos de ellos en Teruel. Al menos dos personas, residentes en Valencia y en Zaragoza respectivamente, han sido este año descubiertas en la sala de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico de Teruel con sendos teléfonos móviles conectados a un auricular inalámbrico, con el que se comunicaban con otros individuos, situados en el exterior del recinto, que les resolvían las preguntas del test. 

En Zaragoza, recientemente fue detectada una persona que ocultaba entre sus ropas unos sistemas electrónicos de grabación y retransmisión de imagen y sonido, completamente ocultos y cosidos por el interior del forro de la chaqueta. Desde una cámara oculta en un botón, a la altura del pecho y conectada mediante un cable que se hallaba en el forro de la chaqueta y llegaba hasta el bolsillo donde se encontraba un móvil, conseguía transmitir la imagen de la plantilla del examen que era recibida por una persona situada en el exterior del edificio. Esta, tras visionar el test, enviaba mediante un sistema de audio las respuestas correctas, que el aspirante recibía a través de un microauricular colocado en la oreja.


Sistema de cámara oculta en un botón detectada en un examen. / Guardia Civil

El jefe provincial de Tráfico de Zaragoza destaca que en estas pruebas suele haber varios funcionarios vigilando. "Normalmente, hay dos, un examinador de la unidad de formación vial y otro, personal administrativo de formación vial o de asuntos generales. Y en ocasiones está también la policía judicial del GIAT", recalca. 

El examen consiste en 30 preguntas tipo test, y solo se admite un máximo de tres fallos. "Ahora todo se hace a través de ordenadores, y las preguntas son aleatorias, las elige el ordenador", indica Mérida, quien señala que los meses de mayor volumen de exámenes suelen ser en "diciembre, junio y julio".

Otras conductas fraudulentas

Además del uso de dispositivos electrónicos prohibidos, también se detectan en estas pruebas, en ocasiones, intentos de suplantación de identidad o gente que acude al examen de recuperación de puntos conduciendo un vehículo con el carnet retirado. "No son muchos, pero en 2023 tuvimos tres casos de personas que acudieron al examen en coche con el carnet retirado. En este caso, sí se trata de un delito", comenta José Antonio Mérida.

Como aclara el jefe provincial de Tráfico de Zaragoza, cuando se pierden todos los puntos del carnet de conducir se debe hacer un curso de sensibilización y reeducación vial, y superar un test "dirigido en función de las infracciones cometidas, ya sea por consumo de alcohol, exceso de velocidad, o uso del móvil". "Es decir, va dirigido al perfil de cada uno, y si se aprueba se recupera el permiso y los puntos", matiza.

Finalmente, sobre la eficacia del carnet por puntos, Mérida admite que su entrada en vigor en 2006 supuso "un hito", y considera "innegable" su repercusión en el receso de la siniestralidad. También admite que, como todas las cosas, "necesita su revisión y actualización", y por eso "se han agravado algunas infracciones, como la del uso del móvil, o se han suavizado otras", concluye.