Cámaras robotizadas, conteo en tiempo real y planes de evacuación: así se controlan los aforos

Aglomeraciones como la que acabó en tragedia hace tan solo una semana en la fiesta de Halloween en el centro de Seúl (Corea del Sur) y que dejó más de 150 fallecidos, o el hacinamiento en una sala de fiestas de Sevilla, que acabó desalojada y con 18 menores atendidos por desmayos han reabierto el debate sobre la seguridad ante eventos multitudinarios. Los expertos recuerdan que hay que cumplir estrictamente con las normas de aforo y evacuación e instalar soluciones tecnológicas, como cámaras, que permitan controlar el número de personas que hay en un determinado recinto en tiempo real. 

La avalancha sucedida hace 10 años en el Madrid Arena marcó un precedente. Cinco jóvenes murieron aplastadas por una avalancha en una fiesta de Halloween donde había 23.000 personas abarrotando la pista central de la discoteca, 10.000 más que el aforo permitido. Solo tres de las ocho salidas de emergencia estaban operativas y había personal de seguridad sin formación. 

El experto en control de accesos del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja y director general de Satya, Roberto Gracia, considera que, desde este suceso, “hubo un cambio de mentalidad” y los establecimientos y organizadores de eventos están poniendo el foco en este asunto para evitar aglomeraciones. A la hora de fijar el aforo en un recinto, es el código técnico de la edificación el que marca, en función del uso -comercial, administrativo, deportivo, biblioteca, etc.- el número de personas que debe haber por metro cuadrado. En un cine o en el Auditorio de Zaragoza, por ejemplo, se cuentan por butacas.  

Eso sí, según explica este experto, si se quiere llevar a cabo algún tipo de espectáculo donde las personas en vez de estar sentadas, estén de pie o en un polideportivo se quiere preparar una actividad diferente a la habitual, como un cotillón de Nochevieja, hay que desarrollar un plan específico que debe fijar el responsable del evento con la aprobación de bomberos o protección civil y que desarrolla, por lo tanto, medidas de seguridad adicionales. 

Además, se actúa de manera muy diferente en función de si se trata de un espacio abierto o cerrado. "Un recinto cerrado es más fácil de controlar porque las vías de entradas están dentro de un edificio. Hay que tener en cuenta, principalmente, la alimentación eléctrica de los equipos y la conectividad de red o cableado de señal. El responsable del edificio tiene que garantizar las vías de evacuación, la señalización de emergencia o el alumbrado, que están sujetos a pautas de mantenimiento preventivo”, expone Gracia. En cambio, cuando se trata de un espacio abierto, defiende: “Las evacuaciones son más complicadas y los riesgos están más relacionados con el pánico que con la capacidad de evacuar. En un recinto interior te afectan muchas más cosas". 

Por su parte, Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, explica que para obtener la licencia municipal "los establecimientos deben cumplir un equilibrio entre los metros cuadrados que tiene la sala y las salidas de emergencia”. “Puedes tener 1.000 metros, que si no tienes salidas de emergencia, no tienes aforo. La normativa que rige el código técnico a nivel nacional es de cuatro personas por metro cuadrado, dos en el caso del ocio nocturno porque está autorizado el baile de pie”, resalta. Además, destaca que en la Comunidad “está muy regulado y es muy difícil encontrar locales que se salten el aforo”. 

Cámaras para controlar el aforo en tiempo real

Las restricciones que impuso la pandemia fue otro de los motivos que aceleraron la instalación de dispositivos de control de aforo en muchos establecimientos. El ingeniero Roberto Gracia trabaja en desarrollar sistemas de control de seguridad, aforo e instalación y mantenimiento. Este asegura que las alternativas son diversas y que dependen de las necesidades, desde un equipo mecánico donde un controlador genera pulsos cada vez que entra una persona nueva hasta sistemas de control inteligente.

Cartel en la puerta de un establecimiento zaragozano durante la pandemia.

La solución que se está imponiendo en la actualidad, y que avanza continuamente, indica, es la que se basa en vídeos. “La cámara es capaz de detectar una imagen cenital de la persona que pasa por un pórtico donde en la parte superior está el elemento de detección que tiene un 'software' con inteligencia y que hace la medición de la persona que cruza. Con esa posición cenital somos capaces de controlar el movimiento bidireccional. Dependiendo de la tecnología, puedes trabajar en imágenes en 2D o en 3D", detalla Gracia.

Así, toda esa información se centraliza y se hace un agregado de las personas que hay en tiempo real; se generan eventos de alarma y se puede saber cuándo estamos llegando al aforo máximo permitido. Es el caso de la plaza del Pilar durante las últimas fiestas, donde hubo 37 cámaras de conteo robotizadas, 15 accesos y un aforo de 42.000 personas, establecido por la Junta Local de Seguridad de Zaragoza. Agentes de policía, bomberos y protección civil recibieron información del número de personas para, en caso de que hubiera un colapso, poder bloquear las entradas.

Imagen de una de las cámaras que se instalaron en un acceso a la plaza del Pilar.

Además, depende de si el sistema se quiere implementar en un gran evento, en un centro comercial o en una tienda más pequeña, hay que tener en cuenta la fiabilidad. "Todos los sistemas, los fabricantes llevan asociado un porcentaje de fiabilidad. Ellos te dicen si son fiables al 95% o, por ejemplo, al 99%. El coste va proporcional a esa fiabilidad. Si busco alta fiabilidad, tengo que ir a equipos que tecnológicamente estén bien preparados y no haya riesgo de error, porque si, por ejemplo, un niño va de la mano de su padre, el algoritmo de la cámara puede detectar que es una persona en vez de dos”, concluye el ingeniero.