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CIENCIA

Un grupo de investigadores desarrollan en Zaragoza una tecnología para destruir los microplásticos del agua

Participan en un programa europeo en el que participan investigadores de varios países. Se trata de desarrollar unos reactores que sean capaces de captarlos y eliminarlos

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Uno de los científicos participantes analiza una muestra de agua con microplásticos.

Acabar con los microplásticos que hay en el agua puede ser una realidad en los próximos años. Un grupo de investigadores de Zaragoza y de otros países europeos, están trabajando para desarrollar una tecnología que permita captar estas partículas en el durante la depuración para evitar que se escapen al medio ambiente. El proyecto está financiado por la Unión Europea con tres millones de euros hasta 2026.

Las millones de toneladas de plásticos que acaban en mares y océanos se descomponen con los años en partículas tan pequeñas que solo un microscopio puede detectarlas. De esta forma, se convierten en una gran amenaza, y acabar con esas nanopartículas es el reto que tiene por delante este laboratorio de Zaragoza. El investigador de la  Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (Araid) en el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) y de la Universidad de Zaragoza, Jonas Guraiskis, explica que están trabajando en "desarrollar unos reactores que son capaces de captar y eliminar degradando estos microplásticos y así atajar el problema"

Para ello han creado unos prototipos de cerámica con una enzima en su interior capaz de descomponer estos microplásticos. Están sometidos a 1.500 grados de temperatura para asegurarse que, a pesar de los años, no sufrirán modificaciones. Guraiskis explica que intentarán "depurarlo lo antes posible", ya que les interesa "eliminar los microplásticos presentes en los lodos de las depuradoras, no solo en el agua que sale, y degradarlos en un modo muy efectivo para no generar compuestos tóxicos"

El investigador explica que esta tecnología también podría utilizarse en otras situaciones como con aguas residuales que provienen de hospitales, donde aparecen antibióticos y "no se pueden limpiar mediante procesos convencionales". La Unión Europea ha financiado con más de tres millones de euros este proyecto, coordinado desde Zaragoza y en el que participan 22 investigadores españoles y europeos.