Sentido común y no saltarse comidas, consejos para evitar las consecuencias de los excesos navideños

Comidas más copiosas acompañadas con alcohol y una relajación en los hábitos deportivos son algunos de comportamientos típicos de las Navidades que pueden acabar pasando factura pero, para la coordinadora del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Zaragoza, Rocío Mateo, estas fechas no tienen por qué repercutir en la condición física si se toman una serie de precauciones.

"Lo ideal es aplicar el sentido común y volver a la rutina alimentaria lo antes posible. No hay que considerar estas celebraciones como un periodo de dos semanas, sino como comidas puntuales". Entre las principales recomendaciones de la experta están hacer caso a las sensaciones corporales y no saltarse las comidas previas para evitar empachos.

"No tenemos que obsesionarnos. Son fechas para disfrutar de la familia y los amigos y no tienen por qué tener un impacto", aclara Mateo, quien señala que, pese a la creencia popular, tras una de estas ingestas no es necesario hacer una 'detoxificación': "Hay que atender a nuestro apetito. Si tenemos hambre lo recomendable es comer algo. Compensar e intentar restringir no tiene utilidad".

Eso sí, la experta apunta que, tras los excesos de los días 24 y 25, lo ideal es recuperar los hábitos alimenticios cuanto antes y mantener la práctica deportiva durante las fiestas. "Además, si queremos ser un poquito comedidos -explica la nutricionista-, también podemos optar por opciones más digestibles, menos grasas y calóricas, intentar beber más agua...", señala. Entre las alternativas, Mateo plantea un plato típico aragonés como el cardo en salsa de almendras y, para acompañarlo, un buen pescado al horno. "Dentro de los postres, si nos apetece una opción más saludable, podemos decantarnos por las uvas, la piña o alguna otra fruta de temporada", apunta.

Riesgos para nuestra salud

Pero no todo el mundo se anima a seguir estos consejos. Durante estos días, la incidencia en los centros de salud "suele subir ligeramente", como asegura el médico de atención primaria Leandro Catalán. La hiperacidez, la dispepsia, las flatulencias y los cuadros gastroentéricos son algunas de las consecuencias para la salud más comunes provocadas por la sobreingesta de alimentos.

Para aliviar el malestar, el médico recomienda "no forzar más el estómago, con una reducción y evitación de las comidas sólidas en favor de una dieta líquida", además de evitar grasas, alimentos de difícil digestión y el consumo de alcohol. "Son días especiales, pero hay que ser conscientes y controlar los límites de cada uno", concluye Catalán.