Seis intoxicados de una misma familia por consumir setas no comestibles

Seis miembros de una familia de la provincia de Huesca han sufrido un brote de intoxicación por el consumo setas. Todos evolucionan favorablemente, pero precisaron asistencia médica tras sufrir vómitos, diarreas y dolor abdominal entre las 6 y 8 horas de la ingesta. La intoxicación fue debida a una confusión en la identificación de especies del género Boletus, recolectadas por alguno de los afectados. Así lo refleja el Boletín Epidemiológico de Aragón perteneciente a la pasada semana y publicado este jueves. El boletín también informa de un brote de gastroenteritis aguda, con  predominio de vómitos y diarreas que afectó al 79 % de niños y al 75 % de trabajadores de una escuela infantil de la provincia de Teruel, que fue cerrada como medida de precaución. El brote también ha afectado a familiares de los alumnos y trabajadores.

Desde Sanidad recuerdan que desde 2016 hasta el pasado domingo se han declarado en Aragón ocho brotes con 25 afectados por consumo de setas. Aunque no se ha registrado ningún fallecimiento en este periodo, tres personas tuvieron que ser hospitalizadas. La mayoría de estas intoxicaciones se notificaron en época otoñal. En todos los brotes, el ámbito fue familiar y estuvieron provocados por consumo de setas silvestres no comercializadas. En todos los casos se realizó educación sanitaria insistiendo en recomendaciones sobre la recogida, desechar las setas que no se conozcan o de las que se tengan dudas y consultar con expertos antes de su preparación y consumo.

Los síntomas por intoxicación tras consumir setas son extremadamente variables y pueden provocar desde molestias digestivas leves hasta la muerte. Suelen ocurrir tras la ingestión de ejemplares silvestres tóxicos confundidos con especies comestibles. Para su prevención, recuerda Sanidad, los recolectores deben ser capaces de reconocer tanto la especie comestible como las especies tóxicas que se le parezcan morfológicamente. Además, algunas especies son comestibles sólo según los métodos que se utilicen en su preparación o cocinado. Solo deben consumirse ejemplares frescos, jóvenes y sanos, y también se debe tener en cuenta que, según el lugar de recolección, algunas setas silvestres pueden contener altas concentraciones de metales pesados y pesticidas que desaconsejen su consumo.