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EJÉRCITO

El Ejército busca 300 reservistas voluntarios para reforzar puestos especializados

Actualmente hay 3.000 reservistas en España, un centenar en Aragón. El Ministerio de Defensa busca cubrir temporalmente plazas donde hay déficit de personal en las distintas ramas del Ejército

I. A. /
Regimiento de cazadores Galicia 64 del Ejército español.
icono foto Regimiento de cazadores Galicia 64 del Ejército español.

"Los reservistas voluntarios somos los mejores embajadores del ejército en la calle". Esta afirmación la hace el teniente Francisco Conde, un ingeniero informático de Huesca que con 29 años decidió hacerse reservista volutario. Durante varios meses al año pone su conocimiento en ciberseguridad al servicio de las Fuerzas Armadas, un trabajo que realiza a diario por cuenta ajena para una empresa privada. El suyo, como, sobre todo, el de médicos, enfermeros y farmaceúticos, es un perfil que escasea entre los profesionales del ejército. Por eso, el Ministerio de Defensa ha convocado 300 plazas (132 de Tierra, 35 de Armada, 39 de Aire y 94 de Cuerpos Comunes) para que, de manera temporal, los civiles más especializados entren a formar parte del Ejército español.

Hasta el próximo martes día 7 de noviembre los interesados pueden solicitar una cita previa a través de la web del Ministerio, para cada una de las tres escalas ofertadas: de tropa base, de suboficiales o de oficiales, en función de los estudios del candidato. La reserva voluntaria nació con la implementación de la mili profesional, hace dos décadas. Entonces se inscribieron 5.000 personas. En 2023, la cifra apenas supera los 3.000 reservistas, de los que poco más de 100 viven en Aragón.

"Nace de la necesidad existente en las fuerzas armadas de refozar sus capacidades en lugares donde se produce un déficit de talento", reconoce el coronel Rafael Matilla, subdelegado de Defensa en Huesca. De ser seleccionado, el candidato debe superar una instrucción de un mes, repartidos en 15 días para la formación básica en combate y 15 más para adecuar los conocimientos al puesto de trabajo al que va a ser destinado el solicitante. A partir de aquí, se jura bandera y se firma un compromiso de tres años por los que el reservista se compromete a servir al cuerpo de las Fuerzas Armadas que ha elegido, por un periodo mínimo de una semana y un máximo de cuatro meses al año, en función de su disponibiidad.

A cambio, durante la formación como reservista voluntario el Ministerio de Defensa paga una indemnización calculada sobre el salario mínimo interprofesional (SMI) diario, que actualmente es de 36 euros al día. Si se aspira a un empleo de alférez se cobrará el triple del SMI, si es para sargento, dos veces y media el SMI, y si es para soldado, el doble del SMI. Lo que se traduce en unos 2.160, 2.700 ó 3.240 euros brutos al mes, sin contar domingos y festivos.

Para el pesonal que ya es reservista voluntario, el Ministerio especifíca que se percibirán las retribuciones marcadas para los militares profesionales con "un empleo equivalente".

Entre los requisitos que se exigen para poder adquirir esta condición están tener la nacionalidad española, ser mayor de 18 años o no tener antecedentes penales ni estar procesado.

Experiencias únicas para los civiles

El de Francisco Conde es un caso especial. Se hizo reservista con 29 años, cuando lo habitual es que uno acceda a este puesto "sobre los 50". "Yo tengo gran tradición familiar en casa. Mi padre mi hermano son militares profesionales, me crie en una casa cuartel", reflexiona este teniente. Lleva 14 años colaborando con las Fuerzas Armadas y ha "pasado por varios puestos". 

Desde la delegación en Defensa recuerdan que, actualmente, España participa en 17 misiones internacionales. "El reservista puede participar en ellas, si así lo solicita", señala Matilla. "Por ejemplo -añade- un médico tiene la posibilidad de abandonar por unos días su especialidad para asistir a un enfermo lejos de su puesto de trabajo", una situación laboral que reconoce este militar sirve de "gran experiencia"

 El teniente Conde no ha podido acudir todavía a misiones, aunque asegura haber tenido la opción de participar en una organizada por la OTAN, en la que su labor hubiese consistido en la configuracion de transmisiones en vehículos. 

Al final, el mensaje que lanza es claro. "Si tienes el gusanillo, no desaproveches la oportunidad de ser militar sin ser la necesidad de ser profesional".