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GASTRONOMÍA

Patatas fritas, encurtidos o salazones: opciones para todos los paladares en el día del aperitivo

Las tres capitales de provincia tienen locales específicos que sirven estos alimentos. El componente social y la tradición son dos de los ingredientes fundamentales de cualquier picoteo

ARAGÓN NOTICIAS /
La variedad de productos para disfrutar del aperitivo es infinita.
icono foto La variedad de productos para disfrutar del aperitivo es infinita.

Tentempié, picoteo o aperitivo. El nombre que se le da es lo de menos, lo importante es que una comida rápida y sencilla es la excusa perfecta para juntar en torno a una mesa a familiares y amigos. Entre los productos, patatas fritas, aceitunas, croquetas, salmuera, etc. En el Día Mundial del Aperitivo, que se celebra este martes, cabe todo. Tal es la tradición que rodea a estas pequeñas degustaciones que en las tres capitales de provincia hay bares dedicados en exclusiva a los aperitivos. 

El Tubo de Zaragoza es una de las zonas más conocidas para el tapeo y para disfrutar del vermú, poniendo en valor una de las costumbres gastronómicas y culturales más arraigadas en España. El bar 'El Champi' es un ejemplo de lo que una tapa puede mover. Allí, su encargado, Luis Carballo, lo fía todo a un trozo de pan con champiñones a la plancha, aceite, ajo y perejil. "Lo sencillo gusta mucho. Aquí, la perfección debe ser total", asegura.

No importa el día de la semana en el que se acuda a la barra de este popular establecimiento para ver cómo el goteo de gente en busca de un aperitivo es constante. Acompañado de una bebida, estos pequeños bocados pueden compartirse o degustarse de forma individual. Mientras, las patatas fritas son quizá el picoteo más extendido.

En Aragón hay varias empresas dedicadas a la producción de patatas fritas. Un ejemplo es Doruel, en la localidad turolense de Villarquemado. "Son rápidas de preparar y consumir, están muy sabrosas y son fáciles de conseguir", señala Julián Rubira, copropietario de la compañía. También influye que sean económicas, pero, ¿Qué tiene un aperitivo para que sea tan atractivo? El empresario turolense lo tiene claro: "El componente social, el estar de cháchara mientras se termina de hacer la comida".

Esa es la clave de los aperitivos, el que la socialización es un ingrediente fundamental. A eso se suma la historia que acompaña a algunas elaboraciones, como las típicas banderillas o los encurtidos. Locales como la Bodega Bar Pirineos, en Huesca, es uno de los que han recuperado los sabores añejos. Fernando Buendía, su propietario, convirtió el ultramarinos de sus padres en una de las tascas de vinagrillos de referencia de la ciudad. "El local no tiene cocina, así que desde los años 90 lo hemos fiado todo a las salmueras y los encurtidos", recuerda Buendía. "Cualquier plan que incluya el componente gastronómico -añade-, es difícil que no encuentre cabida entre la población".

La simbiosis que sale de un vermú y una gilda de calidad es una apuesta que también alaba Emiliano Urzay. Este borjano es propietario del 'Pura Cepa', en Teruel. Su gran variedad de vermús se acompaña con una enorme barra de pinchos, donde no faltan los boquerones, sardinas ahumadas y anchoas. A eso, Urzay añade sin miedo los fritos. "Las croquetas y huevos rebozados son un contrapunto maravilloso a un vermú", señala este hostelero.

Sea como sea, cualquier aperitivo es bienvenido en casa o en un bar, ya sea con base de vinagre, salado o montado sobre pan. La tradición y la gastronomía se encuentran cada día, antes de la comida, para aplacar el hambre, al menos, un rato más.