Ordesa y Monte Perdido y otros cuatro Parques Nacionales estudian la movilidad en los espacios protegidos

El pasado puente de la Constitución y la Inmaculada se cerró el acceso de vehículos a la pradera de Ordesa por estar el aforo completo. Es una situación que solo en 2023 se ha repetido más de 20 veces. En Torla, cinco Parques Nacionales, incluido el de Ordesa y Monte Perdido han reflexionado sobre cómo gestionar de forma sostenible la movilidad en estos entornos protegidos.

Desde la pandemia se ha incrementado el número de visitantes a lugares como este del Pirineo. Los 600.000 visitantes, no sólo llegan en verano, también el resto del año, y en ocasiones hace que los parques se saturen de vehículos. Por eso, para recintos como el de Ordesa se trabaja en la redacción de planes de movilidad con el objetivo de reducir el uso del vehículo privado. Sobre la mesa se plantean soluciones como las reservas online, establecer una regulación específica pero sobre todo aumentar la oferta de transporte público.

"Si bien antes las visitas se realizaban en el periodo de verano ahora vemos una vez desestacionalización generalizada de la visita y mayor presión de visitantes en momentos en los que antes no había tanta afluencia de público", relata Javier González, jefe de Uso Público del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. 

El objetivo principal es reducir el uso del vehículo privado, algo que ya acotan en el Parque Nacional de los Picos de Europa, con el acceso a los Lagos de Covadonga en temporada alta. "Hoy en día está restringido en determinados periodos del año. Solamente el transporte público y una serie de vehículos como pueden ser los de personas con diversidad funcional que si tienen autorización de acceso", afirma Rodrigo Suárez, su codirector.

El parque Nacional de Aigüestortes, en Lleida, ha explicado en este encuentro de Torla que también ofrece desde hace años servicios alternativos en transporte público.