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CELEBRACIONES

Navidad a la ucraniana en Aragón: regalos por San Nicolás y una cena de doce platos

Miles de refugiados pasarán por primera vez estas fiestas en la Comunidad, a dos meses de cumplirse el primer aniversario del inicio de la invasión rusa

Leticia Buendía /
De izquierda a derecha, Tetiana, Viktoria, Anastasia y Oleh, en un bar en Zaragoza.
icono foto De izquierda a derecha, Tetiana, Viktoria, Anastasia y Oleh, en un bar en Zaragoza.

Anastasia tiene 32 años y antes de abandonar forzosamente su país trabajaba como actriz, guionista y productora de cine y televisión en Kiev. Viktoria, natural de Járkov, era cantante. Ellas son dos de los miles de refugiados ucranianos que este año, por primera vez, pasarán la Navidad en Aragón, a dos meses de cumplirse el aniversario del inicio de la invasión rusa.

Actualmente, Anastasia, que se comunica en un fluido español, trabaja como camarera en Zaragoza y reside junto a su madre en un hotel en Utebo con otros compatriotas que se encuentran en la misma situación. Viktoria, por su parte, todavía no domina el idioma y utiliza el folclore de su país como forma de expresión gracias a los conciertos que organizan desde Leleka, una asociación de reciente creación que lucha contra el olvido de la cultura, la tradición y la identidad ucranianas. 

Para acercar sus celebraciones a la capital aragonesa, desde esta organización han diseñado un calendario navideño de actividades que se estrenará el próximo 18 de diciembre con la llegada de San Nicolás, el encargado de traer dulces y regalos durante este periodo festivo en su país. Esta cita, a la que esperan que asistan más de medio centenar de niños de todas las edades, tendrá lugar en el Centro Social Comunitario Luis Buñuel. "Nosotros no celebramos la visita de Papá Noel ni tampoco la de los Reyes Magos", indica Tetiana, una de las impulsoras de Leleka.

Además de las celebraciones religiosas, hasta ahora marcadas por el calendario juliano -que, por ejemplo, a diferencia del gregoriano, celebra Nochebuena y Navidad los días 6 y 7 de enero-, "en Ucrania se representan muchas costumbres paganas", cuenta la representante de Leleka. Tetiana, además, relata que, como símbolo de fertilidad de la tierra, en la noche del 6 de enero hay que tomar tres cucharadas de kutiá, la primera elaboración de la cena navideña conocida como la de los doce platos por el número de preparaciones que integran el menú.

"Para comenzar a comer hay que esperar a que salga en el cielo la primera estrella", indica. "También se cree que bajan los espíritus de los familiares fallecidos, para quienes, a veces, hasta se reserva un lugar en la mesa y se les ponen cubiertos". Tanto para ella como para Oleh, su compañero en la asociación, es muy importante mantener vivas las tradiciones de su país natal, incluso a 3.500 kilómetros de distancia, como forma de resistencia ante la intervención rusa. Sobre la celebración de la última noche del año, Anastasia explica: "En Ucrania no se comen uvas en Nochevieja, aunque yo alguna vez sí que lo he hecho, imitando a los españoles".

Tetiana y Oleh fueron algunos de los primeros ucranianos en llegar a la capital aragonesa tras la escalada de violencia iniciada por Rusia en 2013. Tetiana acaba de cumplir su séptimo aniversario en Zaragoza y Oleh, el segundo. Gracias a su experiencia, ahora pueden ayudar a los recién llegados a través de Leleka. "Estoy muy enfadada por la inacción internacional. Tendrían que intervenir para poner fin al conflicto cuanto antes", manifiesta Tetiana. Por eso, al 2023, todos le piden el mismo deseo: la victoria de Ucrania.