Las palmas y las ramas de olivo rememoran la entrada de Jesús en Jerusalén

La procesión de la entrada de Jesús en Jerusalén, la más familiar de la Semana Santa, ha recorrido las principales calles de Zaragoza rodeada de palmas y ramas de olivo o laurel, que se han visto agitadas por el fuerte viento que sopla este domingo en la capital aragonesa. Un desfile polícromo que ha estado acompañado por el sonido de los tambores y bombos.

Entre su espectáculo, uno de los momentos más esperados ha sido el paso de la burrita, que ha hecho las delicias de los menores. El frío y el viento no han impedido, como manda la tradición, que en un día como hoy muchos hayan estrenado alguna prenda de vestir. Todo armonizado con el sonido de los tambores, bombos y cornetas.

La Cofradía de la Entrada de Jesús a Jerusalén, con sus característicos capirotes azules, ha abierto paso en una abarrotada plaza del Justicia. En el reloj marcaban las 12:00 horas. Un séquito de cófrades infantiles y mayores ha salido de San Cayetano entonando una penitente melodía procedente de las carracas. Poco después, se han sumado a la composición los tambores y los bombos, instrumentos que este año celebran el 50 aniversario de su incorporación a la procesión.

Esta cofradía es una de las más antiguas y populares de la Semana Santa zaragozana y cuenta con un gran número de fieles y devotos que participan activamente en sus actividades religiosas.

También localidades como Tarazona y Alcañiz han madrugado para ver alguno de sus pasos.

Los turiasonenses, el de la Cofradía de la Entrada. En el Bajo Aragón la procesión de la Burreta ha congregado a un buen número de alcañizanos.