Las estaciones de esquí aragonesas comienzan los preparativos para la temporada invernal

La actividad en las estaciones de esquí casi no cesa en ningún momento del año, ya que también se puede disfrutar de su entorno en los meses de verano. Es ahora, sin embargo, al llegar el otoño, cuando se preparan sus infraestructuras para estar listos cuando llegue la nieve.

En Astún, por ejemplo, y a casi 2.000 metros de altitud, las obras de la nueva cafetería ya están en marcha. Serán cerca de 300 metros cuadrados de instalaciones entre cocina y salón, junto a una terraza, pero los preparativos van mucho más allá. "Mantenimiento de los remontes, nieve artificial, vamos a comprar unos cañones nuevos para potenciar la nieve...", indica Alejandro Marín, director de la estación.

Y en la puesta a punto de Candanchú trabajan ahora cerca de 20 personas. Toca cambiar vallados de protección, la revisión de balancines y pilonas o las pruebas de carga de los telesillas. Stephan Pantoja, director comercial de la estación, apunta: "Tienen que pasar una serie de revisiones todos los años, de exámenes, de certificaciones...y conlleva un mantenimiento constante".

Por su parte, en Aramón Formigal-Panticosa están realizando la hidrosiembra. Con la ayuda de unas mangueras distribuyen de forma uniforme sobre la superficie que en invierno se utilizará para las pistas una mezcla de agua, semillas, celulosa, pegamento natural y abono. De esta forma, regeneran el terreno que se ha erosionado o que ha sufrido un movimiento de tierras. "Al estar lisa la pista con el trabajo de las máquinas en verano, luego la revegetación hace que el manto nivoso aguante un poco más y con menos espesor podamos abrir las pistas mucho antes", explica Julio de la Iglesia, responsable de medio ambiente de Aramón Formigal-Panticosa.