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MOTOR ECONÓMICO

La pesca deportiva generará unos 100 millones de euros en Aragón en un plazo máximo de tres años

Los turistas extranjeros pernoctan, de media, durante una semana en la Comunidad, lo que supone un gasto medio diario de 71,87 euros

TERESA P. ALBERO /
icono foto Pesca deportiva en el río Gállego (Huesca). / Foto: Turismo de Aragón

La pesca deportiva supone un importante motor económico en zonas como el embalse de Mequinenza o el de Ribarroja, en la provincia de Zaragoza. Desde la Federación Aragonesa de Pesca estiman que el año 2022 seguirá la senda del crecimiento de los años anteriores, lo que situaría los ingresos directos del trabajo de los guías de pesca en unos 14 millones de euros (y casi otros tantos en ingresos indirectos). Esta cifra se espera cuadruplicar en los próximos tres años, alcanzando los 100 millones de euros anuales, según un estudio realizado por el Departamento de Turismo del Gobierno de Aragón a petición de la federación de pesca. 

Los aficionados a la captura de peces ya han comenzado a disfrutar de la pesca de la trucha, que desde el 1 de marzo está permitida en Aragón -el resto de especies pueden capturarse todo el año-. El Gobierno autonómico facilita cada año unas 60.000 licencias para practicar este deporte, que en los últimos años ha visto cómo los aficionados aumentan, no así las personas que deciden federarse (unas 5.000 este año).

El turismo que genera la pesca deportiva supone un modo de vida en las poblaciones cercanas los embalses habilitados como cotos. La gran mayoría de los pescadores que recalan en la Comunidad procede de Europa (Francia, Alemania, Inglaterra, República Checa, Países Bajos y Rumanía). En 2017, el importe de la compra de los permisos necesarios para pescar en el Mar de Aragón ascendieron a 517.452 euros. Una cifra que aumenta año a año, según indica la Federación. 

Hasta el 31 de octubre, los pescadores podrán practicar este deporte en los 26 cotos deportivos con los que cuenta la Comunidad. La mayor parte de ellos (14) se encuentran en la provincia de Huesca. Es allí, en los ríos de alta montaña sobre todo, donde además se disfruta especialmente la captura de la trucha autóctona.

La apertura de la veda será completa a partir del mes de junio, cuando se pueda pescar en las cabeceras de los ríos. La razón de esta limitación reside en la fragilidad de dichos ecosistemas

"Lo más reseñable este año es que no hay novedades", señala Víctor Otal, presidente de la Federación Aragonesa de Pesca. Una circunstancia que celebra porque el hecho de que se mantengan las normativas implica que el turista ya sabe lo que puede y lo que no puede hacer. "Tenemos estudiado y comprobado que un elemento fundamental para el turismo de pesca es la seguridad jurídica. Si cada año te cambian las normas, el pescador está inseguro", resalta Otal. 

En ese sentido, Aragón es una Comunidad estable. La normativa relativa a los cebos, las fechas de pesca o las modalidades se mantienen estables. "Aquí sabes que, salvo en contadas ocasiones, prácticamente en todas las aguas se aplica la captura y suelta de los ejemplares", explica el presidente de la federación. 

La pesca genera una cuarta parte de la ocupación del esquí

La seguridad jurídica y la cantidad y calidad de las especies -trucha, siluro, lucioperca, carpa y 'black bass'- favorecen que la Comunidad sea uno de los destinos favoritos por los pescadores internacionales. "En cuanto a la trucha, somos un destino muy importante a nivel nacional y mundial", subraya Otal. 

El embalse de Mequinenza y el de Ribarroja son dos de los puntos más cotizados para el turista inglés y alemán. "En un año malo, como el 2021, la pesca puede suponer unos 100.000 euros -una vez libres de tasas-, que se reinvierten en la zona", apunta Roberto Cabistany, alcalde de Fayón, quien se muestra optimista con la evolución actual de la pandemia y pone ya la vista en el comienzo de la primavera. 

"En Semana Santa comienza a notarse el turismo nacional, que se mueve hasta septiembre. El resto del año, sobre todo en invierno, son los pescadores internacionales los que vienen hasta aquí", explica el regidor, que apunta a que ya comienzan las primeras reservas.

En la localidad zaragozana acumulan unas 500 plazas para pernoctaciones entre campings, casas rurales, albergues y hostales. La oferta turística sitúa a esta zona como un enclave estratégico para la pesca deportiva, siendo esta una actividad económica esencial para la zona. "Genera beneficios, que en el caso de Ribarroja van destinados a mejorar las infraestructuras y el mantenimiento de los puestos destinados a la pesca", indica Cabistany. 

Con todo, la pesca genera ya una cuarta parte de la ocupación que supone el esquí, lo que sitúa a esta actividad como un buen revulsivo económico.

La Federación Aragonesa de Pesca trabaja conjuntamente con el Gobierno de Aragón para sumar esfuerzos en torno a la pesca recreativa. "El objetivo es que en los próximos años se triplique el turismo de la pesca", incide Otal.  Actualmente, el aficionado a esta actividad pasa en Aragón, de media, una semana -con paquetes cerrados de viaje-, lo que supone un gasto medio diario de 71,87 euros