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DIABETES

La "inútil" moda del uso de parches de glucosa entre famosos y aficionados al deporte

Los especialistas aseguran que sirven para observar tendencias, pero que lo importante son las consultas y analíticas de sangre

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de una mujer con un parche para medir los niveles de glucosa. / Canva

Hace ya unos años se implantaron los sensores de glucosa para pacientes de diabetes. Son los conocidos parches que se colocan en el cuerpo, unos dispositivos que miden los niveles de glucosa en la sangre. Estos sensores son muy útiles en personas que presentan alguna patología relacionada con una cantidad excesiva o insuficiente de esa sustancia en la sangre. Sin embargo, se han puesto de moda entre famosos y deportistas que no tienen ninguna enfermedad de este tipo. Los médicos especialistas advierten de que estos parches no tienen ninguna utilidad "si la persona está sana".

"La medición de estos aparatos no es exacta. Son una herramienta muy útil para controlar los niveles de glucosa y son un avance para el control de la glucemia", explica el Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Alejandro Sanz. El médico recuerda que los niveles de glucemia varían "de forma fisiológica y dependen de la comida, del ejercicio o del tiempo que pasa entre comidas". Por eso, señala que estos aparatos "no tienen ninguna utilidad en personas no diabéticas".

Los parches miden la glucemia de una manera continua y "eso permite ver la tendencia", insiste Sanz. De esta manera, pueden anticiparse ante posibles bajadas o subidas de estos niveles. Se trata, explica, de corregir "la hipoglucemia o la hiperglucemia". Además de esta utilidad, también destaca que estos sensores sirven "como educación para los pacientes diabéticos".

Una opinión similar a la que tiene la profesora del Grado de Nutrición de la Universidad de Zaragoza, Rocío Mateo. "En la población general no tiene ningún sentido medirse la glucosa de forma continuada porque, en principio, no tiene ninguna aplicabilidad, ni sentido clínico". Lo importante, dice, es el valor de la hemoglobina glicosilada, "saber cómo ha estado en los dos últimos meses y eso no te lo dan estos aparatos". Además, asegura, lo importante "no es cómo tienes la glucosa, sino lo rápida o lenta que sube o baja en el organismo".

Cuando comes alimentos, suben los niveles de glucosa. Es entonces cuando el hígado la guarda. Cuando el cuerpo nota que no comes, libera esa glucosa. "Todos los órganos del cuerpo necesitan un mínimo de glucosa para trabajar bien", explica el médico.

Además de en los pacientes diabéticos, cada vez es más habitual ver a deportistas de alto rendimiento con estos parches que aportan mucha información a los entrenadores y a los propios deportistas. Es el caso de los ciclistas que "ya no tienen casi pájaras" o en otros deportes de alto consumo energético donde mantienen un ejercicio muy prolongado en el tiempo. "El estudio de los hidratos de carbono es una herramienta muy importante para los deportistas de alto rendimiento", confirma Sanz. Sin embargo, vemos que corredores o atletas están más musculados porque "su glucógeno está almacenado en el músculo desde el que sale toda la energía que necesitan".

Que estos sensores "se pongan de moda" podría elevar el precio de los mismos y provocar un "desabastecimiento", lamenta. Ahora la Seguridad Social financia parte de su precio, pero siempre que sean "prescritos o indicados por los médicos y con el informe del especialista", reitera Sanz. Y recuerda que "no tienen ninguna utilidad" para la población general que no sufra una enfermedad.

Precisamente esa "poca utilidad" que tienen para las personas sanas se representa en que las tendencias que arrojan estos dispositivos deben ser confirmadas por los especialistas en revisiones periódicas, ya sea en consultas médicas o a través de analíticas de sangre. "Allí se pueden ver los valores más fiables que pueden asociarse a una diabetes, obesidad o la subida de triglicéridos", señala Rocío Mateo.

Como experta en nutrición insiste en que lo ideal es consumir hidratos de carbono "de calidad" para evitar los picos de glucosa altos y mantenidos en el tiempo. "Hablamos de alimentos que tienen cadenas más largas y que cuesta más digerirlos, que se van absorbiendo poco a poco", entre ellos, pastas integrales, arroz integral, pan integral o fruta. Y por el contrario, lo que debería evitarse son los azúcares simples que están en los alimentos procesados, refrescos, en la sacarosa del café, los dulces o el chocolate. "Todos ellos son hidratos más cortos", explica.