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HIGIENE ÍNTIMA

La braga menstrual se impone como complemento (y alternativa) a las compresas y tampones

En el último año ha aumentado la venta de este producto de higiene íntima por sus características y su precio. Las usuarias alaban su comodidad y sostenibilidad

TERESA P. ALBERO /
Productos de higiene íntima para la menstruación. / Canva
icono foto Productos de higiene íntima para la menstruación. / Canva

Ser mujer en edad fértil cuesta de media 60 euros al año. Así lo indica un estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Es un gasto obligado que afrontan las mujeres durante los, aproximadamente, 40 años en los que menstrúa. La edad media de la primera regla ronda los 12 años y la de la menopausia, los 50. En todo ese tiempo, el gasto acumulado en higiene íntima ronda los 2.400 euros. Existen distintos productos con los que hacer frente a la regla. El último en sumarse a la lista ha sido la braga menstrual, que este año está viviendo una época de auge en ventas.

En tiendas especializadas aseguran que, a pesar de ser un elemento relativamente nuevo, tiene una gran aceptación entre el público femenino. "Se venden un montón. Las clientas que las prueban están muy contentas y suelen venir a comprar más para tener de recambio", confirman en el zaragozano comercio 'Desmontando a la Pili'. 

Se trata de una braga al uso con refuerzo extra en la zona íntima y con protección ultra absorbente. De media, dependiendo del flujo de cada mujer, tienen un uso de entre 12 y 24 horas. "Me han hecho la vida más fácil porque son muy higiénicas. Me siento cómoda y protegida, además no huelen y eso en los días de regla es lo más importante", comenta Teresa Gómez, usuaria de este producto desde 2018. 

Una opción en auge para las primeras reglas

Precisamente, el 100% de las mujeres que han participado en el último estudio comparativo de la OCU aseguran que, tras probar las bragas menstruales, volverán a utilizarlas. Entre los principales motivos resaltan su buen funcionamiento para la noche y para los días del ciclo con menos flujo. 

En el caso de la zaragozana, comenzó a utilizarlas por recomendación de su fisioterapeuta de suelo pélvico tras dar a luz: "En aquel momento fueron mis aliadas y me ayudaron a ganar seguridad en esa etapa tan complicada".

Su uso se está extiendo cada vez más, tanto que se está imponiendo como opción preferida para hacer frente a las primeras reglas. "Vienen a preguntar las madres y se las llevan para sus hijas. Son muy cómodas", aseguran desde 'Desmontando a la Pili'.

Aunque su uso se está extendiendo, la mayoría de las encuestadas por la OCU dice combinarlas con otros productos como tampones o la copa menstrual. Esto hace que el gasto medio anual en higiene femenina aumente. "Si tienes mucho flujo no puedes estar 10 horas con ellas puestas sin cambiarlas. Necesitas reforzar con algo más", refuta Gómez. 

La organización de consumidores estima que una mujer que use compresas gastará entre 13 y 59 euros al año. En el caso de los tampones el desembolso puede alcanzar los 54 euros, mientras que otra que recurra a bragas menstruales gastará de 20 a 53 euros anuales. A estas últimas hay que sumar que cada dos años (depende del fabricante y el uso) deben renovarse, ya que el material absorbente pierde sus facultades.

Los estudios de mercado señalan a la copa menstrual como la opción más sostenible y económica. Su precio ronda a los 25 euros y tiene una vida útil de cinco años.

"Yo combino la braga con la copa menstrual", señala Clara Campo. "En mi caso, tengo un flujo bastante abundante y me siento más segura si llevo ambas cosas, aunque por la noche con la braga es suficiente", asegura. 

Una opción más sostenible

Esta joven oscense lleva tres años utilizando la copa y casi uno la braga menstrual. "Con la copa descubrí lo que era la comodidad y la seguridad de que no mancharía la ropa en caso de un descuido. Las bragas me parecen una opción muy cómoda y las utilizo en los días centrales de mi ciclo. Me gustan porque se lavan muy fácilmente y es una forma de reducir los productos de usar y tirar", cuenta Campo. 

Esto último resulta especialmente interesante, sobre todo en un momento en el que se está apostando por la reducción de los desechos. Recientemente, ONU Mujeres ha cifrado en 9.000 los tampones o compresas que cada mujer utiliza a lo largo de su vida fértil.

Los materiales con los que se fabrican los productos desechables de higiene femenina suelen incluir el poliéster, es decir, plástico. Eso da como resultado que cada mujer genera en su vida unos 16 kilos de residuos solo en productos de higiene íntima.