Escepticismo entre los expertos por el estado y la ubicación de las 50.000 viviendas de la Sareb

Escepticismo e incertidumbre. Es lo que despierta entre los expertos la decisión del Gobierno central de destinar 50.000 casas de la Sareb a vivienda social. Todos coinciden en señalar que, sobre el papel, la medida, presentada por Pedro Sánchez este pasado fin de semana, es buena, aunque genera dudas en aspectos como la gestión pública que se hará de las viviendas, el estado en el que se encuentran y la ubicación de las mismas.

En Aragón, la Sareb tiene 1.323 viviendas repartidas por las tres provincias. La mayoría de estos pisos, 1.146, se ubican en el provincia de Zaragoza, pero de ellos solo 242 están en la capital aragonesa, que es la que concentra mayor demanda de toda la Comunidad. La Ejecutivo autonómico advierte de que la Sareb solo tiene 132 pisos en Aragón que cumplan las condiciones de habitabilidad necesarias para entrar a vivir.

Entre los más críticos con la medida anunciada por el Gobierno central está Fernando Baena, presidente del Colegio de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Aragón. El anuncio le genera dudas, sobre todo porque, entiende, las viviendas ofertadas están lejos de las zonas tensionadas y carecerán de todo atractivo. Para que un joven se emancipe, señalan desde la API, las casas deben estar en zonas que tengan una buena comunicación y unos servicios óptimos, algo que, en principio, no va a ocurrir con este paquete de la Sareb. Además, queda por ver la habitabilidad que ofrecen estos inmuebles. Lo normal, recalca Baena, es que en muchos de ellos la Administración tenga que sufragar su puesta a punto.

La API también se muestra reticente con las 15.000 viviendas que se quieren construir, porque existe la incógnita de saber dónde se ubican esos suelos de los que dispone la Sareb. El banco, que ha gestionado los activos tóxicos de otras entidades, funciona desde hace más de una década y, según Baena, los terrenos de los que dispone carecen de todo tipo de interés para la demanda. 

Sentido común

"Carecía de toda lógica que existiera un problema de vivienda y que la Sareb no fuera parte de una posible solución", explica José Ángel Oliván, secretario general de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), quien reconoce que la solución no es definitiva pero sí "un primer paso". Y alerta de que toda gestión relativa a esta medida debe permanecer siempre en manos públicas, para evitar que en el futuro los parque públicos de vivienda puedan ser vendidos a fondos buitre, como ha ocurrido en la Comunidad de Madrid.

Más críticos se han mostrado desde la Coordinadora de Vivienda de Aragón. Para su portavoz, Ricardo Arnedo, el tema tiene un "trasfondo electoralista". A nivel de Aragón, se habla de 1.500 viviendas las que se pondrían a disposición de los más desfavorecidos. Sin embargo, solo en Zaragoza, señala Arnedo, 10.000 familias están apuntadas en el programa de vivienda social, con lo que el impacto que se va a generar no es demasiado grande. 

Las casas que nadie quiere

Luis Ignacio Fernández es consultor inmobiliario y, como el presidente de la API en Aragón, recuerda que las viviendas de las que dispone la Sareb son las que tras diez años nadie ha querido comprar. Incluso pronostica que algunas de ellas serán de urbanizaciones que no se terminaron de construir. El anuncio le deja "frío", porque considera que esas 50.000 casas no son tantas por las malas condiciones en las que muchas de ellas estarán.