El silencio regresa a Calanda tras 26 horas de estruendosa devoción

El silencio ha regresado este sábado a Calanda, que vivió en el Jueves y el Viernes Santo sus días grandes. A las 14:00 horas, los bombos y tambores han dejado de sonar hasta el año que viene, aunque el ambiente continúa siendo festivo. Bares, restaurantes y terrazas se mantienen llenos.

Un año más, Calanda ha vivido dos momentos muy emocionantes con 26 horas de separación. Si el primer toque es especial también lo es el último. Cientos de tambores y bombos han apurado hasta el último minuto para tocar, porque saben que por delante tienen 365 días de espera. En la localidad se han oído toques con mucho ímpetu y también se han visto algunas lágrimas por el final, marcado por el tradicional toque de corneta.

Hasta el próximo Viernes Santo, el único que paseará el tambor en Calanda es la estatua de Buñuel.

Ruta del tambor y el bombo

Los últimos han sido días de mucha afluencia en todos los pueblos de la Ruta del Tambor y el Bombo. Todas aquellas personas que tienen un vínculo con alguno de los nueve pueblos aprovechan para retornar, aunque sea solo algunos días.

Vestir la túnica y coger las baquetas es seguir la tradición y también una forma de unir generaciones y cuadrillas de amigos. La llegada de forasteros se nota también en la hostelería, porque la fama de los tambores del Bajo Aragón atrae turistas que quieren sentir la percusión en primera persona.