El maíz llega enfermo a una cosecha un 30% inferior a la del año pasado

Este 2022 ha sido complicado para el maíz. Tres factores adversos -el calor extremo, la sequía y las plagas- han provocado que esta campaña se recoja un 30% menos de cereal que en 2021. Una circunstancia que se une al incremento de los costes de producción, que este año han rondado los 25 céntimos por kilo, mientras que el precio de venta se sitúa en 30 céntimos. Así lo aseguran los productores, que se hallan inmersos en las segundas cosechas.

Un año que, además, no se ha visto libre de plagas. "Se ha producido un problema de eleotis, que es un gusano que se come los granos cuando la mazorca está tierna", señala el agricultor José Ángel Lample.

El caluroso otoño tampoco ha ayudado a que la cosecha sea abundante, ni a reducir enfermedades del cereal. "Debido a las altas temperaturas ha proliferado mucho la araña roja, porque le va muy bien el ambiente seco. Ella va secando las hojas del maíz hasta que lo desfolia, produciendo una gran pérdida de producción por falta de peso específico en el grano", añade. 

Por otro lado, la falta de agua ha obligado a los agricultores del sistema de Riegos del Altoaragón a dejar en barbecho casi un tercio de sus hectáreas este verano. Desciende la producción y aumentan los costes de la energía y fertilizantes, que se han duplicado.  

"Ha sido la campaña más cara de la historia. Hemos tenido los mayores costes de producción, alrededor de los 25 céntimos por kilo, y el precio de venta en estos momentos está rondando los 30 céntimos el kilo", comenta Jesús Ballarín, miembro de la Ejecutiva de UAGA.

Las organizaciones agrarias aseguran que la baja rentabilidad de esta campaña convierte al maíz en un cultivo poco atractivo de cara al próximo verano.