El código de barras cumple 70 años: rayas blancas y negras con mucho significado

Están en todas partes, pero reparamos poco en ellos. Casi cualquier objeto tiene uno. El código de barras es un elemento indispensable en cualquier comercio, aunque a diario pasa desapercibido para el común de la población. Este mes, las barras negras y blancas cumplen 70 años. Siete décadas en las que su uso se ha multiplicado y su diseño se ha adaptado a las nuevas modas.

Encontrar un sistema que permitiera identificar los vagones del ferrocarril fue el detonante para la invención de este curioso sistema de líneas, espacios y números. Aunque el primer código vio la luz en 1952, no fue hasta 1966 cuando comenzó a utilizarse de forma comercial. 

Ahora, no hay lineal de supermercado, comercio o almacén que no identifique cada uno de sus productos con un código de barras. Y al reparar en su forma, surge una pregunta, ¿qué significan las barras y los números? Aunque en principio pueden parecer elementos aleatorios, son todo lo contrario. 

¿Qué significan los números del código de barras?

Las líneas verticales blancas y negras tienen un grosor determinado, con unos espacios y un orden preestablecidos. Los números, que pueden variar en cantidad de pendiendo del país -entre siete y 10-, aglutinan, de forma codificada, gran parte de la información. 

Los dos o tres primeros dígitos que tiene el código corresponden al país en el que se ha fabricado el producto. En el caso de España, el número 84 identifica que el producto en cuestión es de origen nacional. 

Luego, los cinco números que siguen corresponden al código que se le asigna a la empresa que se encarga de la fabricación del producto. El resto de dígitos, salvo el último, responden a la organización interna del fabricante.

Una mujer lee el código de barras de una prenda. / Canva

Finalmente, el último número es el dígito de control o verificación. Es esencial, puesto que asegura que toda la información que contiene el código de barras es correcta. 

La evolución de los códigos de barras no ha estado en su formulación, ya que mantiene su esencia del principio, pero si en su aspecto. Con unos retoques en las barras verticales negras y blancas, hay marcas que aportan personalidad a los códigos de sus productos. 

Un ejemplo es de la marca canadiense 'Sprouce tip stout', cuyo significado (punta del abeto) se plasma en el código de sus productos, sobre el que crecen árboles. La ondulación de las líneas se asemeja, además, a un bosque. 

Entre las formas más comunes están las de marcas de refrescos o bebidas que emulan en sus códigos a botellas o latas de refresco, para dotar de un punto original a su producto.

Códigos de barras de varios productos. / Pinterest

Champús que incluyen una ducha y las barras como agua, envases de pasta con las barras a modo espaguetis... Hay un sinfín de modificaciones de los códigos de barras, que se han convertido en un elemento más dentro de la creación de una marca.

La moda de escanear en el supermercado

Yuka y MyRealfood son dos aplicaciones que muchos compradores llevan sus teléfonos móviles para escanear los productos que se muestran en los lineales del supermercado. Conocer sus propiedades, ingredientes y valores nutricionales a golpe de 'app' es una moda en auge. 

Basta con acercar la aplicación al código de barras para tener en la palma de la mano toda la información del alimento en cuestión. Además, ambas herramientas muestran, a través de un semáforo de colores, lo bueno o malo que es el producto. 

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Ahora, después de 70 años, parece que al código de barras puede estar más cerca de su jubilación, ya que se está incorporando un nuevo sistema de lectura denominado Código Electrónico de Producto (EPC). Se trata de una identificación de nueva generación que incluye nuevas capacidades y formas de almacenar información.