Publicidad
RELACIONES DIGITALES

De encontrar el amor en la red al 'consumismo relacional': ¿cómo ha cambiado internet a las parejas?

El mundo digital se ha convertido en uno de los espacios más habituales de conquista. Dos expertas analizan esta realidad, que ofrece un mayor número de opciones pero que lleva asociados algunos aspectos negativos

ARAGÓN NOTICIAS /
Las nuevas tecnologías influyen en la relación de parejas más jóvenes. / Canva
icono foto Las nuevas tecnologías influyen en la relación de parejas más jóvenes. / Canva

Encontrar el amor en la red ya no es una novedad. De hecho, con la irrupción de las aplicaciones de citas, algunas tan populares como Tinder, la visión sobre esta práctica se ha normalizado. "Actualmente, internet es uno de los lugares más habituales para encontrar pareja. Tanto para aquellos que se conocen en el mundo digital como para quienes, a pesar de haberse visto, comienzan a interactuar en las redes sociales", explica Elisa Múgica, psicóloga y directora del Centro Vitae Psicología, ubicado en Zaragoza. Una afirmación que corrobora  Estefanía Sáez, responsable del Área Educativa de Amaltea, instituto aragonés especializado en sexología y psicoterapia: "Muchas veces se conocen presencialmente, pero su relación se afianza por el contacto en el mundo virtual. O viceversa, se conocen en el mundo virtual -con aplicaciones- y luego llega el contacto presencial".

Según una encuesta realizada a más de 2.000 personas por la empresa de ciberseguridad Kaspersky, dos de cada diez aragoneses han conocido a sus parejas a través de internet, una estadística igual a la recogida en el conjunto de España. Además, de este trabajo también se desprende que el 40% de los ciudadanos utiliza o ha usado en alguna ocasión estas aplicaciones de citas 'online' para ligar.

De hecho, internet se ha convertido en un entorno tan popular para encontrar pareja que hasta ha creado su propio vocabulario. 'Ghosting', 'sexting' o 'stalkear' son términos cuya existencia depende necesariamente de la de la red.

"Una de las particularidades de internet es que ofrece más opciones de relación para todos los tipos y edades, porque es una gran plataforma. Y eso tiene sus pros y sus contras", indica la directora del Centro Vitae Psicología. La experta apunta, entre las desventajas, a la idealización: "Cuando conocen en persona a su conquista se dan cuenta de que no es como la percibían". 

Otro de los aspectos negativos es que hay "mucha sobreestimulación, demasiados mensajes y una gran cantidad de información, sobre todo para las mujeres, que encuentran un gran número de peticiones, y la sobreoferta genera un cierto 'consumismo relacional". Para la psicóloga, esta realidad también provoca que, cuando algo no funciona, los miembros de la pareja tiendan, "en lugar de profundizar o adaptarse", a buscar un nuevo perfil que parezca cumplir con sus necesidades.

Según su experiencia profesional, en los últimos años, el sexo también ha ganado peso entre las prioridades de las parejas, relevando en algunos casos incluso a la parte emocional. "Se pone como un valor muy fuerte. Hay relaciones que se establecen en el plano físico mientras el otro no está muy consolidado", afirma.

A pesar de todas estas cuestiones, para la psicóloga, "la parte buena de internet es que personas que estarían más limitadas para conocer a otras pueden hacerlo con la protección y las facilidades que les ofrece una pantalla". 

¿Qué representa una infidelidad en internet?

"La infidelidad es uno de los aspectos que más ha aumentado, porque internet ha generado una complejidad que antes no existía -cuenta Múgica-. Por ejemplo, tras un desencuentro con la pareja, la red ofrece la oportunidad de empezar a hablar con otras personas y compensar lo que está fallando. Se trata de 'infidelidades emocionales', que normalmente no generan conflicto en quien las comete por la ausencia de roce".

Pero, además de este tipo de interacciones, también pueden producirse otras de índole sexual: "Son relaciones virtuales donde no hay contacto real pero sí estimulación", explica la psicóloga.

El exceso de exposición en redes sociales puede alimentar las desconfianzas y las inseguridades de los miembros de la pareja y, a nivel individual, puede activar las comparaciones. Por eso, la experta concluye: "Lo mejor es que las redes sociales y los dispositivos no dominen a sus usuarios. Que la conexión sea más personal que en internet y que el contenido digital de la relación sea el mínimo".

Nuevas relaciones

El acceso de todas las generaciones a las TIC permite el aumento de las oportunidades de sociabilidad y ello multiplica la diversidad y tipos de emparejamientos. Este escenario ha producido un cambio en lo que se conoce como 'pareja tradicional', ya que se está llenando de matices: "Hace un tiempo hablar de relaciones abiertas, poliamorosas... era algo anecdótico. Pero, actualmente, estos modos de relación están cobrando fuerza en la realidad, sobre todo en la de los más jóvenes", apuntan desde Amaltea. 

Según se desprende del CIS, el 47,6% de los españoles dice estar “muy de acuerdo o de acuerdo” en que una persona puede tener “dos o más relaciones afectivo-sexuales a la vez”.

La ruptura: se 'gastó' el amor

El estudio 'La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento. Parejas y rupturas en la España actual', dirigido por el profesor Félix Requena, de la Universidad de Málaga, concluye que la mayor esperanza de vida ha venido acompañada de más posibilidades de emparejamiento en el tiempo, y del matrimonio como modelo único y ritual de pareja se ha pasado a un mapa variado de relaciones que se centran en el pacto privado.

Mientras hace unas décadas, en España, romper una relación suponía un hecho muy traumático, los cambios de mentalidad han traído consigo una democratización del divorcio y de la separación. Estos están más presentes en todas las edades y se viven con una mayor normalidad. "Es sano que asumamos que cuando algo no funciona o no es lo deseado es posible modificar o interrumpir la relación", explica la responsable del Área Educativa de Amaltea.

Los trabajos sociológicos indican que, en la mayoría de las ocasiones, en las relaciones heterosexuales es la mujer quien inicia el proceso de separación. ¿Y por qué lo hacen? El desamor ocupa el primer lugar entre las causas más comunes de las rupturas, según apunta el CIS. De hecho, el 18,8% de los españoles ponen fin a una relación por este motivo. Por detrás se sitúa el cansancio, con el 17,5%, seguido de la diferencia de intereses u objetivos ante la vida.

El 're-emparejamiento': las nuevas familias

La generalización de las rupturas y del divorcio ha dado lugar a uno de los principales cambios producidos en los hogares: la aparición de parejas y familias reconstituidas. Por primera vez, en el año 2009, el número de enlaces en Aragón bajó de los 5.000, aunque, desde entonces, cada vez son más las personas que le dan una segunda oportunidad al matrimonio. Los datos muestran que los contrayentes divorciados han crecido un 5% en la última década en la Comunidad.

A este respecto, Sáez comenta: "Nos encontramos con personas que aportan a sus parejas hijos de relaciones anteriores y se conforma una nueva realidad relacional. Muchas personas, tengan la edad que tengan, deciden de una manera libre romper relaciones, a veces muy largas, buscando una realidad más completa y satisfactoria".

De rivales 'online' en 'Apalabrados' a padres de Lúa

Hace ya ocho años, Carla Ortiz (nombre ficticio) conoció a su pareja a través del juego 'online' 'Apalabrados'. "En la primera partida te asignan adversarios de manera aleatoria, tras finalizarla puedes elegir pedir la revancha y seguir jugando con esa misma persona. Así lo hice, pues me ganaba siempre. Comenzamos a hablar por el chat privado que tiene la aplicación y allí comenzó todo".

La desconfianza es un sentimiento habitual en el proceso del 'cortejo virtual', aunque en el caso de Carla todo fue muy "natural". "Al cabo del tiempo nos dedicábamos más a hablar por el chat y a preguntarnos por nuestro día a día que a jugar al juego en sí. Nadie se dio cuenta de nada, surgió primero la amistad, la paz, la complicidad... Y eso llevó al amor".

Varios meses después se conocieron en persona, él viajó desde la otra punta del país hasta Aragón, recuerda. "Ha sido la casualidad más bonita de mi vida y ocho años más tarde tenemos el mayor tesoro que podíamos esperar, nuestra hija Lúa", explica ilusionada.