Cuidado con la crema solar: cómo elegir el mejor producto para evitar lesiones o efectos no deseados

Más horas de luz, temperaturas más altas y una mayor exposición solar son algunas de las características de la entrada de la primavera y, con su aparición, llega también el momento de prestar especial atención al cuidado de la piel. Una mala elección del producto de protección puede derivar en lesiones cutáneas o efectos no deseados. De hecho, en 2023, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) recibió e investigó un total de 12 notificaciones sobre cremas solares, según el informe anual sobre Cosmetovigilancia. 

"Si no elegimos un buen producto, nos podemos quemar porque no nos ha protegido lo suficiente, y también podemos tener problemas de alergias. En ese caso, serán mejor los filtros físicos, los mismos que se recomiendan para los bebés y los niños muy pequeños. Los químicos, más frecuentes, suelen provocar más reacciones", explica la doctora Marta Molins, médico especialista en Dermatología de Quirónsalud.

Por eso, la experta indica que a la hora de comprar un producto de protección solar hay que fijarse en tres cuestiones: el SPF o factor de protección, su efectividad frente a la luz ultravioleta A (UVA) y el uso que se le va a dar. "Si se va a utilizar en la piscina, por ejemplo, tendrá que ser resistente al agua", señala.

"Yo recomiendo un SPF mínimo de 30, aunque mejor de 50. Esa cifra lo que mide es cuánto tiempo puedes exponerte al sol sin ponerte rojo, pero no implica que el número sean los minutos. Un SPF 50 protege del 98% de la radiación y uno de 30, del 96%. No hay crema que cubra al 100%", cuenta. 

En cuanto a cómo elegir el mejor producto para prevenir los efectos de la luz ultravioleta, la experta señala: "La radiación ultravioleta B, que provoca las quemaduras y el enrojecimiento de la piel, es de la que protegen los SPF. Por su parte, la luz ultravioleta A, que penetra más profundamente, produce envejecimiento de la piel y puede derivar en cáncer".

¿Cómo saber si una crema también protege de la radiación ultravioleta A? "Por ley, hay dos formas de indicarlo -aclara la doctora-. La grafía UVA rodeada por un círculo quiere decir que protege al menos de un tercio de su SPF. Por otro lado, la máxima certificación es 'PA' acompañada de cruces, con un máximo de cuatro, en cremas que se compran en farmacias". 

Cuándo aplicar

A la hora de cuidarse, no solo importa el producto, también la frecuencia de uso. En primavera y verano, Molins aconseja aplicar la crema cada dos o tres horas si se está expuesto al sol y evitar las horas punta, ya que, como recuerda, no existe la protección total. Mientras, en invierno, cuando el índice de radiación ultravioleta está por debajo de 3, con una vez al día es suficiente.

"Las zonas más proclives al cáncer de piel son la cara, las manos, el escote y el cuero cabelludo en personas que tengan menos pelo", señala la doctora, quien agrega que la espalda o las piernas, por ejemplo, son las más propensas a las quemaduras porque no están acostumbradas a la exposición.

Para concluir, la experta asegura: "El bronceado no es sano. Se da porque la piel ha producido melanina para proteger nuestro ADN frente a la radiación ultravioleta. Eso quiere decir que ya ha habido un daño y, a largo plazo, es posible desarrollar un envejecimiento prematuro de la piel o cáncer".

Elastosis solar

Una excesiva exposición al sol sin protección también puede derivar en elastosis, una patología caracterizada por la pérdida de elasticidad de la piel, lo que ocasiona surcos muy marcados.

"Se trata de procedimientos de envejecimiento muy agravados. Las fibras de elastina están desordenadas y es una situación muy difícil de revertir", explica Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone. Para evitar este escenario, la experta recomienda la prevención y, en caso de detectar un endurecimiento de la piel, acudir a un especialista.