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SOCIEDAD

Crecen los divorcios y las separaciones en Aragón: cómo gestionar las vacaciones con hijos tras una ruptura

Las disoluciones matrimoniales experimentaron en la Comunidad un aumento del 6,6% en 2022. En la mayoría de los casos con descendencia, la custodia de los niños fue compartida

L. B. /
Las disoluciones matrimoniales experimentaron en Aragón un aumento del 6,6% anual en 2022, con un total de 2.245. / Canva
icono foto Las disoluciones matrimoniales experimentaron en Aragón un aumento del 6,6% anual en 2022, con un total de 2.245. / Canva

Seleccionar el lugar, elegir las fechas, escoger el transporte... A las múltiples variables que hay que tener en cuenta a la hora de prepararse para las vacaciones, los padres separados también tienen que añadir cómo gestionar ese periodo con sus exparejas, y los datos muestran que cada vez son más quienes se enfrentan a esta situación. Las disoluciones matrimoniales experimentaron en Aragón un aumento del 6,6% anual en 2022, con un total de 2.245. Según los datos del Instituto Aragonés de Estadística (IAEST), en el 96,8% de los casos la fórmula elegida fue el divorcio, y el mayor número de ellos tuvo lugar en la franja de edad de entre los 40 y 49 años. Además, en el 56,5% de los casos de separación y divorcio entre cónyuges de diferente sexo, la custodia de los hijos fue compartida. 

"Aunque hay muchas variables, lo normal es que estén una quincena en julio y otra en agosto con cada progenitor", cuenta la psicóloga infantil Alejandra Reguero, quien destaca las particularidades de cada caso. Para conseguir que los menores vivan este proceso de la forma más natural, la experta señala: "Lo óptimo sería explicarles con antelación a los 'peques' cuáles van a ser los planes". Para ella, ante las vacaciones, los niños han de tener capacidad de decidir, pero siempre con opciones cerradas. "Que elijan el orden o qué actividad, entre varias, prefieren hacer. Eso es genial porque les va a motivar". 

Pero para que todos los miembros de la familia puedan disfrutar de este periodo, la psicóloga ve necesario pactar ciertos límites: "Se entiende que, si los niños están fuera del entorno con un progenitor, el otro no va a tener acceso a verlos como sí puede pasar el resto del año. Lo ideal es que la pareja concierte cómo van a ser los contactos en función de la manera en la que se sientan más cómodos. Si habrá llamadas todos los días, cuándo se harán...". "En el caso de establecer jornadas sin comunicación telefónica -añade-, los menores, si lo necesitan, pueden escribir una carta para contarles después lo que han hecho y que no se les olvide nada".

Si durante la estancia fuera del hogar se produjeran momentos de ansiedad o tristeza por la ausencia de uno de los padres, para la experta, la mejor opción es calmar. "Hay que decirles: 'No te preocupes, que ya se acerca la noche y le llamaremos'; ¿Qué te parece si dibujamos lo que hemos hecho hoy y se lo mandamos en una foto o se lo enseñamos mañana en la videollamada?", explica. 

Por último, la psicóloga hace hincapié en la importancia de velar por los menores. "Cuando se dan fricciones en la pareja, en todos los casos debe primar el bienestar de los hijos. Hay veces que para llegar a ese punto tiene que pasar un tiempo y, a pesar de no ser sencillo, hay que intentar, obviamente, no hablar mal de la otra persona, no hacer reproches", concluye la psicóloga. 

Aunque admite que los primeros años fueron difíciles, el tiempo y la costumbre han hecho que para el zaragozano Óscar Rodríguez cada vez sea más fácil organizar sus vacaciones con y sin sus hijas. "Al principio lo más complicado era pasar tantos días sin verlas, algo que el resto del año no era habitual, pero ahora vivimos esta situación con mucha más naturalidad y nos apañamos con la tecnología cuando estamos lejos", cuenta Rodríguez.

Además, Rodríguez admite que aprovecha estos periodos para dedicarse más tiempo a sí mismo. "Como estoy menos ocupado, utilizo los días libres para organizar y hacer las cosas que la rutina y las obligaciones no me permiten en otros momentos o para salir solo a hacer alguna excursión".

Viajar juntos estando separados

"Así como no hay dos relaciones sentimentales iguales, tampoco las rupturas se resuelven de la misma manera, ya que los motivos por los que terminan son muy diferentes", indica la zaragozana María José Benito, quien, tras separarse de su pareja en 2017, sigue viajando junto a él y sus hijos en vacaciones. "La primera vez surgió porque estando todavía juntos planeamos hacer un viaje para celebrar la comunión de nuestro hijo pequeño. Cuando llegó el momento -relata Benito-, pensamos en que lo hiciera solo uno de nosotros, pero luego decidimos que queríamos vivir la experiencia ambos, y así lo hicimos".

De aquel ensayo, que resultó satisfactorio, surgieron nuevos planes: "Llevamos seis años separados y lo hemos hecho al menos en tres ocasiones. Sin contar los viajes que podemos compartir con nuestros hijos cuando participan en torneos deportivos fuera de la ciudad". "Le damos total normalidad al sentimiento de familia que seguimos siendo a pesar de no formar una pareja sentimental. Si el resto de familias comparten vacaciones u otros viajes juntos, ¿por qué no lo vamos hacer nosotros? Además de que hacemos un buen equipo en estos casos", afirma.

Sobre cómo lo ven sus hijos, Benito asegura: "Creemos que se sienten realmente felices y orgullosos de poder compartir juntos este tipo de experiencias. Disfrutamos mucho de estos viajes en familia".