Inician una prueba piloto para limpiar el lodo acumulado en el río Segre a su paso por el embalse de Ribarroja

En el embalse de Ribarroja han comenzado a limpiar los lodos acumulados en el cauce del río Segre desde hace casi 30 años, cuando se generaron tras el desembalse de Barasona. Fue a mediados de los 90 y aquella gran avalancha de barro no ha sido retirada, lo que durante años ha generado muchos problemas de abastecimiento en industrias y alrededores.

Se trata de una prueba piloto que busca retirar casi 13.000 metros cúbicos de sedimentos. El trabajo se hará en tres fases durante seis años. La primera ha comenzado en la cola del embalse de Ribarroja con una excavadora. El primer objetivo es el de sacar sedimentos y mover el cauce del río Segre.

"Se va a limpiar el tramo entre los dos espigones, ese material se cargará en camiones y directamente lo verterán en el canal preferente del Segre, que es una zona que tiene profundidad", ha afirmado Lorenzo Polanco, jefe del área ambiental de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Antes de afrontar toda la operación, hay que determinar cuánto costará mover cada metro cúbico de lodo y cuál es la manera más eficaz de hacerlo. Se van a probar varios métodos. En el antiguo campo de regatas de Mequinenza se está haciendo con excavadoras y en la zona de las piscinas probarán usando la succión. El de los lodos en Mequinenza es un contratiempo que ha llegado a afectar a la captación de agua de las empresas del polígono industrial que las ha obligado a buscar métodos alternativos.

"Es un problema que encarecía muchísimo el coste, y las hacía poco competitivas tanto que en algún momento les hizo plantearse parar la producción porque se quedaban sin agua de una mínima calidad", razona Antonio Sanjuán, alcalde de Mequinenza. Desde el Consistorio creen que este es un primer paso importante para dar una solución después de 30 años.