Cerca de 25.000 andaluces residentes en Aragón celebran hoy su día grande

Mucha emoción, intensidad y honor a las raíces. Son algunos de los sentimientos que aflorarán este martes, Día de Andalucía, entre los cerca de 25.000 andaluces residentes en Aragón. Como cada 28 de febrero, celebran su día grande en una jornada en la que conmemoran su referéndum de 1980, por el que Andalucía se constituye como comunidad autónoma. El folclore, la tradición y el orgullo se dejan sentir en el ambiente de esta festividad. 

En la actualidad, los andaluces son la tercera comunidad española que más habitantes aporta al territorio aragonés, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por el lado contrario, alrededor de 12.000 aragoneses viven en Andalucía (donde cuentan con dos casas de Aragón, una en Sevilla y otra en Málaga).

Imagen de la Casa de Andalucía durante el día del Pilar. / Ester López

La presidenta de la casa de Andalucía en Zaragoza es Nélida Daza, aragonesa de nacimiento pero descendiente de andaluces. Sus abuelos procedían de Almería y Málaga y cuenta que a ella nunca se le han ido las raíces. Para ella, y para los cerca de 900 miembros de la casa andaluza, el día de su comunidad es una cita importante a la que acuden muchos de sus socios para honrar sus orígenes. Muchos de ellos se visten con el traje regional, mientras que otros prefieren optar por un atuendo más formal. "Lo que hacemos cada año de forma tradicional es honrar a Blas Infante, conocido como el padre de la patria andaluza, creador de nuestro himno y la bandera", explica Daza. 

El acto principal se lleva a cabo a partir de las 18:00 de este martes en la rotonda de Blas Infante, situada en la avenida José Atarés, frente a la Ciudad de la Justicia. En este lugar se cantará el himno de Andalucía y se realizará un discurso en honor al padre de la patria andaluza. Tras este sentido homenaje, los participantes vuelven a la sede de la casa regional, donde se realiza la recepción de autoridades a partir de las 20:00. Está previsto que acudan representantes del Ayuntamiento zaragozano. Finalmente, se servirá un cóctel con sabor andaluz para brindar por la Comunidad. Este no es el único acto preparado, ya que este pasado sábado llevaron a cabo una actuación del grupo de baile más joven de la casa Esencia Flamenca. 

Antonio Monje, en la hípica donde trabaja en Zaragoza. / Silvia Ponte.

Antonio Monje y Pablo Gálvez son dos ejemplos de andaluces residentes en Aragón. Monje vino a trabajar a Zaragoza desde Jerez de la Frontera hace poco más de dos años, ya que aquí le ofrecían empleo en un proyecto "muy importante". Para él, las oportunidades y la comodidad de ofrece la capital aragonesa, y la cercanía de los lugares y servicios son las ventajas principales de vivir aquí. Por el contrario, las temperaturas y la lejanía de su familia son algunas de las desventajas que más le pesan.

En el caso de Gálvez, aterrizó en Zaragoza  "por amor", un 1 de noviembre de 2017. Tras realizar un viaje desde Aguadulce, en Sevilla. Allí conoció a su pareja, que veraneaba en su pueblo. Estos seis años, dice este zaragozano de adopción, se le han hecho "cortos". Un tiempo en el que sobre todo echa de menos a su familia y el tapeo. "Allí es diferente", apostilla, "porque la relación con la gente del pueblo es distinta". Agradece a los aragoneses por el trato que le han brindado desde que llegó y por descubrirle el mundo de los almuerzos, algo que, señala Gálvez, "en Sevilla no se lleva".