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CIRUGÍA ESTÉTICA

Cambiar el color de los ojos: la nueva moda de las redes que puede acabar en ceguera permanente

Los expertos desaconsejan realizar esa cirugía con fines estéticos, alertan de los peligros que conlleva, como la pérdida de visión, y subrayan que el cambio de pigmentación es irreversible

T. PÉREZ ALBERO /
Tres perfiles con miles de seguidores en TikTok muestran su cambio de color de iris.
icono foto Tres perfiles con miles de seguidores en TikTok muestran su cambio de color de iris.

Los filtros y las modas en las redes sociales están potenciando que un sector de la población más joven se someta a cirugías y tratamientos para encajar en los cánones estéticos, muchas veces inalcanzables, que se muestran en las pantallas. De hecho, el último estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) confirma que en los últimos años ha disminuido la edad a la que se accede a los tratamientos, pasando de los 35 a los 20 años. Uno de los procedimientos que se está extiendo en las redes es el de la queratopigmentación o cambio del color de los ojos

Numerosos usuarios han mostrado y contado en redes, como TikTokel proceso al que se han sometido. En la mayoría de los casos, ninguno de los perfiles avisa de los peligros de estos tratamientos, que los expertos desaconsejan totalmente. "Es imprudente realizar este procedimiento por fines meramente estéticos para cambio de color del iris. No hay recuperación posible de la funcionalidad correcta del ojo", apunta Jose Manuel Larrosa, presidente de la Sociedad Aragonesa de Oftalmología. 

Perfiles como el de Daniela La Sierra, una 'influencer' con más de 816.000 seguidores, o Yubal Oloarte, con casi 60.000, muestran la cirugía a la que se someten, aunque sin alertar de sus peligros o consecuencias. Algo que puede crear una falsa sensación de seguridad entre los jóvenes que les siguen en las redes. 

De hecho, el vicepresidente segundo de SEME, Sergio Fernández, subraya como el aumento de los procedimientos en menores de 30 años está relacionado con el uso de las redes sociales: “La posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro han contribuido a generar nuevas necesidades en pacientes jóvenes”.

Durante el año 2021, en España se realizaron un total de 871.525 tratamientos médico-estéticos, de los que 626.778 eran tratamientos faciales (72%). Entre ellos se encuentra el cambio en la pigmentación del iris. "Consiste en pigmentar la córnea, lo que cambia el aspecto del ojo. Inherentemente, conlleva la pérdida de la transparencia corneal en la zona", explica Larrosa. 

Quedarse ciego, uno de los efectos secundarios 

Una cirugía que no está aconsejada para cualquiera y que tan solo se pauta en casos muy concretos. "Es una operación muy poco habitual, que tiene muy pocas indicaciones. Podría estar recomendada en caso de un ojo ciego, sin vista, y que estéticamente pueda beneficiarse de esta técnica. Aun en otros casos, como los pacientes con aniridia (defecto congénito caracterizado por la falta del iris) podría ser más recomendable realizar otras técnicas quirúrgicas que añadan un iris artificial dentro del ojo y que puedan ser reversibles", mantiene Larrosa, también profesor titular de Oftalmología de la Universidad de Zaragoza.

Estas cirugías tienen un coste que oscila entre los 3.000 y los 7.500 euros. Pese a que no está recomendado este tratamiento, los expertos insisten en que al menos es importante encontrar un centro médico con garantías y seguro en el que someterse al procedimiento. 

Las consecuencias esperables en la gran mayoría de los casos son las dificultades a posteriori para examinar el fondo de ojo, intervenciones con láser para un desprendimiento de retina o someterse a una cirugía para eliminar las cataratas.

Además, como señala el presidente de la Sociedad Aragonesa de Oftalmología, puede dificultar la visión: "Se modifica la dinámica pupilar (que la pupila esté más abierta o cerrada según las condiciones de iluminación y enfoque)". A eso se suma, en algunos casos, la necesidad de someterse a un trasplante de córnea o incluso la posibilidad de sufrir una ceguera permanente.

Unas complicaciones que no justifican para los expertos el someterse a una queratopigmentación.