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SOCIEDAD

La edad media de acceso a los tratamientos de medicina estética baja a los 20 años

Los pinchazos estéticos son cada vez más comunes, y se los han aplicado ya cuatro de cada 10 personas, la mayoría mujeres. Aunque estos tratamientos, recuerdan los profesionales, deben estar siempre asesorados por un profesional médico

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Los pinchazos estéticos son cada vez más comunes, y se los han aplicado ya cuatro de cada 10 personas.

La medicina estética ha crecido en los últimos años en España y un 40% de la población ya ha utilizado estos servicios, en su mayoría las mujeres. Los más comunes son los tratamientos faciales y cada vez son más jóvenes las que se hacen uno de estos retoques. De hecho, la edad media de acceso a estos 'retoques' baja hasta los 20 años. Cada año se realizan en España más de 600.000 tratamientos faciales. También el injerto capilar aumenta. Las técnicas y la socialización de esta cirugía ha hecho que los precios se hayan igualado a los de las clínicas de Turquía.

Aunque operarse la cara no es nuevo, los pinchazos estéticos son cada vez más accesibles y, por tanto, más comunes. Lo son sobre todo en el mundo de las 'influencer' y esta moda se traslada de las redes sociales a la calle. Eso sí, la decisión de hacerse estos tratamientos debe estar siempre asesorada por un profesional médico. Un asunto que ha analizado este sábado el programa Objetivo, en Aragón TV.

Toña Fernández tiene 51 años y es la primera vez que se inyecta ácido hialurónico. Aunque le dan miedo las agujas, en su decisión ha pesado más volver a tener los pómulos como los tenía hace un tiempo. "Yo antes era una persona muy delgadita. Luego viene la menopausia, los años y cambias. Cuesta aceptar que tu cuerpo cambia. Hay mucha gente que se ha enganchado y es verdad que nunca tiene suficiente, pero yo creo que no seré así, no me engancharía y sé que la doctora Pilar y Miriam me pararían los pies", añade esta clienta de la Clínica Azala de Zaragoza.

"La directora de la clínica o el médico estético tiene que saber reconducir y dar una vuelta a lo que realmente es beneficioso para esta persona, dejando los intereses comerciales y los prejuicios de la persona en un segundo plano", explica Gustavo Amézaga, gerente de esta clínica. 

De los productos no degradables aa bótox y el ácido hialurónico

Hace unos años, se usaban productos no degradables, como biopolímeros o siliconas, que han quedado de forma permanente en el rostro de muchas personas. Estos productos tienen el inconveniente de que ni se pueden retirar ni interaccionar con los actuales, como por ejemplo el bótox, que es el más popular. De los 630.000 tratamientos faciales que se realizaron en en España en 2021, el 42% fueron con esta toxina botulítica. El ácido hialurónico está a punto de alcanzar esa popularidad, es reabsorvible y tiene una duración de un año.

Según el último estudio de la Sociedad Española de Medicina Estética, la edad media de acceso a este tipo de tratamientos ha bajado de los 35 a los 20 años.

Es el caso de Paula Francés, que se ha pinchado botox tres veces en los labios. La primera vez lo hizo a los 23 años. "Mis amigas se ponían y vi que mucha gente. Entonces te informas y decidí probar porque me veía los labios más finitos", cuenta. "No a todo el mundo le hace falta ni te tienes que sentir mejor por ponértelo, pero sí que es verdad que si es un cambio para mejor, ¿por qué no?", se pregunta Francés. "Está muy bien visualizarlo porque ni tiene nada de malo ni tiene que crearse necesidad", añade. 

"Hemos percibido que como la gente joven está tan metida en las redes y ven a tantas 'influencers', demandan tratamientos de volumen y todo viene de las redes y la sociedad en la que vivimos. Son filtros que llevan a una equivocación porque no son reales", detalla Miriam Martín, directora de la Clínica Azala. 

Una buena autoestima es fundamental para verse mejor

Para la psicóloga Alejandra García, una buena autoestima es fundamental para verse mejor: "¿Por qué la belleza natural no está bien? Esa presión nos lleva a tener la necesidad de vernos mejor y agradar a nivel social, pero si a nivel interno tienes buen autoconcepto, es más facil que te mires a un espejo y te veas bien". 

Por su parte, la dermatóloga Paz Cerdá asegura que este tipo de retoques o armonizaciones en personas muy jóvenes son peligrosos porque la personalidad está menos formada. "Quieren ponerse labios similares a los de la actriz o cantante X. También es peligroso el exceso de productos y la prevención, como el 'yo no quiero tener arrugas' con 15 años, 16, 12 incluso... Forma parte de una personalidad obsesiva y hay personas que genéticamente tienen más tendencia a ese tipo de personalidad. Luego está el bombardeo de los medios", añade la especialista. 

Una influencer zaragozana de la cosmética

 Miriam Chueca estudió Periodismo y su interés por el cuidado de la piel le llevó a formarse con un máster en dermofarmacia. Hoy es una de las 'influencers' zaragozanas de cosmética con más seguidores en Instagram con su blog Cosmética a Prueba. Asesora e imparte talleres para no caer en el uso de cremas que pueden no funcionar, pese a haberse hecho virales.

"Hace poco había una crema que no diré la marca pero se hizo muy viral en Tik Tok y la gente decía que era para quitar el acné, pero no era para eso. Era una crema reparadora", explica Chueca. Por eso, la 'influencer' hace hincapié en "la importancia del rigor, de saber quién tenemos delante para evitar una desinformación". "Esta gente hace recomendaciones en base a las colaboraciones que hagan. Hay que ir a gente experta, que tenemos un título y sabemos más sobre este tema cuando tengamos esas dudas. No se puede recurrir a las 'influencers lifestyle' de turno que dice que le encanta un producto que ha probado tres días", añade. 

En 2022 el sector de cosmética y perfumería aumentó sus ventas un 11% respecto al año anterior. Las pantallas han puesto en auge las palabras 'skin care' (cuidado de la piel). Esa rutina de cuidados es importante para que la capa más externa del cuerpo esté sana. Pero no por estar a la moda, se ha de comprar en grandes cantidades lo primero que aparece en internet o escaparates.

De hecho, la dermatóloga Paz Cerdá explica que no es necesario poner mucha capa de crema. "El producto tiene que ser adecuado a cada tipo de piel y para diagnosticar el tipo de piel tiene que estar el dermatólogo", puntualiza la doctora. 

Injertos capilares

Casi el 42% de hombre sufren pérdida genética del cabello. En el caso de las mujeres, afecta a un 30%. Ellos lo pierden entre los 25 y los 40 años y ellas, entre los 40 y los 60, en general, por desajustes hormonales. Los injertos capilares son una opción cada vez más valorada. Según un estudio de Medihair, entre 2019 y 2021 el número de trasplantes ha subido un 14%, de 2'6 a 3'4 millones.


 

"Cada vez hay mas pacientes que lo solicitan porque tener o no alopecia casi se puede elegir. Antes no había opción, el que perdía pelo lo perdía, pero ahora existe esta técnica quirúrgica y cada vez queda más natural porque las técnicas son más eficientes", explica Diego Campillo, director de Neo Injerto Capilar.

Un tercio del total de operaciones se hacen en Turquía, para muchos considerada la Meca del implante. Aunque esa visión comienza a desvanecerse porque los precios casi se igualan con los de las clínicas españolas. "Turquía lo que hizo muy bien fue socializar el tratamiento, el propio Gobierno turco invirtió muchísimos millones en fomentar el turismo sanitario", añade Campillo, quien asegura que ahora el coste es mucho más pequeño y se ha igualado. 

En 2019, Fermín Palacín, junto a dos amigos y tras la típica frase 'a que no te atreves', se plantaron en Turquía para implantarse pelo. "El detonante fue una foto de agosto de ese año que por el reflejo del sol me vi como una bola de billar y no me gustó nada", explica. "Quieres volver a sentirte bien, mirarte al espejo y decir, pues estoy bien. El hecho de poder decidir estéticamente eso de la forma que yo quiero te da un gustillo bonito", añade Palacín. 

Son cambios, retoques o armonizaciones que tienen como objetivo satisfacer una necesidad. El equilibrio es complicado y muy personal y siempre debe estar asesorado por profesionales médicos.