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DEMOGRAFÍA

Binéfar sobrepasa por primera vez los 10.000 habitantes y eleva a 15 las localidades aragonesas que los supera

Calatayud se mantiene por debajo de los 20.000 residentes oficiales desde hace tres años. El aumento de ingresos y concejales son algunos de los beneficios del incremento de población

A. P. /
La localidad oscense de Binéfar registra 10.070 habitantes, según las cifras oficiales del padrón publicadas por el INE en 2023.
icono foto La localidad oscense de Binéfar registra 10.070 habitantes, según las cifras oficiales del padrón publicadas por el INE en 2023.

Las localidades de más de 10.000 habitantes en Aragón ascienden este año a 15, tras el aumento de población de la Binéfar (Huesca), que supera por primera vez esa barrera, según las cifras oficiales del padrón publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023. Al incrementarse el número de vecinos residentes, los consistorios municipales obtienen mayor cantidad de ingresos para la prestación de sus servicios públicos y también se amplía la representación institucional, entre otros beneficios. 

Al margen de las tres capitales de provincia: Zaragoza (673.010 habitantes), Huesca (54.316) y Teruel (36.267), un total de 12 municipios en Aragón se encuentran en 2023 situados en la franja que va de los 10.000 a los 20.000 habitantes. Seis están en la provincia de Zaragoza: Caspe (10.336), Tarazona (10.565), Cuarte de Huerva (14.169), Ejea de los Caballeros (17.135), Utebo (18.881) y Calatayud (19.677). Huesca cuenta con cinco: Binéfar (10.070), Jaca (13.620), Fraga (15.373), Barbastro (17.295) y Monzón (17.839). Y completa esta lista el municipio turolense de Alcañiz (16.151). Todas estas localidades, excepto la ciudad bilbilitana, registran un aumento en el padrón respecto a 2022. 

Con estas cifras, las localidades de entre 10.000 y 20.000 habitantes acogen en Aragón el 13,52% de la población, tres puntos por encima de la media nacional, que se sitúa en torno al 10,20%. No obstante, representan apenas el 1,64% de los 731 municipios aragoneses, un porcentaje que evidencia la dispersión territorial y la baja densidad de población de la Comunidad. 

Ante estas evoluciones demográficas, el Colegio de Geógrafos de Aragón incide en la importancia de realizar una adecuada planificación del territorio. "Resulta importante planificar los aumentos de población pero también tener en cuenta la regresión en determinadas zonas", señala el decano Rafael Martínez. En cuanto a la atracción de nuevos habitantes, Martínez considera fundamental la creación y fomento de la actividad económica. "Las cabeceras de comarca han de especializarse en sectores laborales concretos para ofrecer un valor añadido en sectores diversos como la agroalimentación, la logística y el turismo", recomienda.   

Binéfar y Calatayud: dos caras de una misma moneda 

En el mapa demográfico de Aragón, la ciudad de Binéfar ha alcanzado los 10.000 habitantes gracias a los flujos migratorios dinamizados por la industria agroalimentaria. "Siempre hemos tenido una población bastante fluctuante y el incremento actual tiene que ver con la implantación del Matadero Litera Meat", señala la alcaldesa Patricia Rivera, quien añade que "parte de la población inmigrante que llega para trabajar suele venir acompañada o trae, a los meses, a sus familiares". 

A medida que aumenta la población, "se incrementa el consumo en la zona y también las necesidades en materia de prestación de servicios", incide la alcaldesa. En este sentido, indica: "Tenemos prevista la construcción de un total de 100 viviendas en coordinación con el Gobierno de Aragón, y la intención es ampliar ese número".

En el lado contrario se encuentra Calatayud. El padrón del 2020 fue el último en el que la ciudad bilbilitana se situó por encima de la franja de los 20.000; en concreto, en 20.092. El descenso responde, principalmente, a dos causas: la desaparición en las estadísticas de la población inmigrante que no ha regularizado su situación tras cinco años en España y el hecho de que vecinos residentes en la ciudad "continúen empadronados en otros municipios cercanos por temas de impuestos, licencias de caza o ayudas de la PAC", expone el alcalde José Manuel Aranda. Tampoco computan en estas estadísticas parte de quienes trabajan en la localidad. "Contamos con el mayor incremento en el porcentaje de afiliación a la Seguridad Social, en torno al 14%, pero muchos trabajadores regresan a Zaragoza después de terminar su jornada laboral", añade. 

Beneficios del aumento de población 

El principal cambio para las localidades que aumentan su número de habitantes y superan los 10.000 tiene que ver con la composición del pleno municipal, que pasa de 13 a 17 concejales. Además, al igual que en el resto de municipios que incrementan su población, se cuenta con un mayor volumen de ingresos a través de la recaudación de impuestos.

Por otra parte, el factor de la población es determinante en la participación de los Tributos del Estado, en los que representa el 75% del peso en los criterios de reparto. También en el Fondo Aragonés de Financiación Municipal, que reparte un total de 20,95 millones de euros para los 728 municipios (excluidas las tres capitales): un 40% a partes iguales y el otro 60% en función del número de habitantes y la existencia de núcleos de población habitados en cada localidad.  "La regla general es que cuanta más población haya, más presupuesto se reciba, aunque en comunidades como Aragón se debe valora el coste añadido de prestar servicios en el medio rural, tres veces más caro que en las zonas urbanas", señala el decano del Colegio de Geógrafos. 

Sea como fuere, el objetivo de toda entidad local es alcanzar el principio de suficiencia financiera que le permita continuar prestando unos servicios de calidad y de manera eficiente conforme evoluciona su población

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