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Cuando la escamonda se convierte en arte

El aragonés Darío Escriche basa su creación artística en los elementos de la naturaleza y en la cultura tradicional del chopo cabecero

ARAGÓN CULTURA /
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Darío Escriche tiene 23 años y no recuerda cuando fue la primera vez que oyó hablar del chopo cabecero porque en su pueblo, la localidad turolense de Fuentes Calientes, siempre han estado ahí, conformando el característico paisaje del Manantial de las Fuentes.

Quizá por sus orígenes y por su concepción del arte, basada en la capacidad de sensibilizar sobre una causa, la naturaleza, el paisaje y la interacción del ser humano con los mismos, vertebran su creación artística.

Así han surgido proyectos como 'Qué pintan los árboles', la acción 'CREDIZ' (Creencias de raíz) o la idea que espera desarrollar en los próximos años, 'Escamondart', una intervención en la ribera de Fuentes Calientes, que arregle ejemplares de chopos cabeceros e identifique la escamonda con un arte escultórico contemporáneo, más efímero del convencional, pero de gran valor artístico.

Su labor le ha hecho merecedor del premio Amigo del Chopo Cabecero 2019, una escultura de José Azul que otorga cada año el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra.

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