Unos 'forasteros' abren en Arándiga la única tienda del pueblo tras seis meses sin este servicio

Iñaki Bernal e Irene Marco eran unos 'forasteros' cuando llegaron a Arándiga (Zaragoza) hace seis meses. Sin raíces familiares en el pueblo, decidieron hacer un cambio en su vida personal y profesional y se mudaron desde la capital aragonesa a este municipio, de apenas 300 habitantes, en busca de tranquilidad y naturaleza. Ahora, tras establecer su residencia allí, inauguran este sábado la Tiendica de Arándiga, el único colmado del pueblo y que también será el único comercio para municipios cercanos como Chodes o Nigüella, que carecen de este servicio.

Hace medio año que la antigua carnicería de Arándiga -que hacía las veces de tienda de alimentación- bajó su persiana de forma permanente, dejando sin este negocio a los vecinos. Ahora, esta pareja zaragozana ha aprovechado este mismo local para renovarlo y ofrecer un servicio de calidad y cercano al cliente.

"Surgió la oportunidad porque vimos que no había tienda en el pueblo, y que con 300 vecinos y otros 300 que hay en el pueblo de al lado se necesitaba una. Así que lo vimos claro, queríamos montar un servicio como una tienda de ultramarinos en la que hubiera un poco de todo, pero con productos de cercanía. Vamos a vender quesos Galindo, conocidos por una de las recetas que hizo Dabiz Muñoz, vinos de la comarca, jamón...", explica Iñaki. Aunque se han empleado a fondo con este proyecto, Iñaki e Irene siguen trabajando en su productora audiovisual ubicada en la capital aragonesa. "Buscábamos un sitio bien comunicado para poder subir y bajar cada día con el tren. Queremos mantener los dos trabajos, y yo puedo trabajar desde casa sin tener que ir a la oficina".

La Tiendica de Arándiga celebra sábado, 3 de diciembre, su inauguración y lo hace con vermú y cava en una jornada en la que sus propietarios saben que recibirán el apoyo de sus vecinos. "La gente se ha volcado con nosotros y nos ha ofrecido muchísima ayuda. Es muy bonito ver la entrega total de la gente. Nunca lo había experimentado, porque no tengo pueblo, pero ha sido un cambio muy positivo", afirma Iñaki. "Que el pueblo tenga una tienda propia es algo muy bueno, y más con población envejecida, porque así no tienen que desplazarse a ningún otro lugar. Esperamos que el boca a boca funcione y acabe viniendo más gente de fuera a comprar aquí", explica el alcalde de Arándiga, Emilio Garza. 

Por el momento, el objetivo es ser el establecimiento de referencia, no solo en Arándiga, sino también en los municipios cercanos como Chodes, Nigüella o Mesones de Isuela. En una segunda fase, se plantean abrir el negocio al comercio 'online' y repartir sus productos por toda la comarca. 

La falta de conocimientos previos sobre cómo llevar un negocio especializado en alimentación no ha sido un problema para esta pareja, que ha contado con asesoramiento de sus vecinos, tanto para traer productos al local como para otros conocimientos básicos para el negocio, como cortar el embutido. "Al principio vinimos por la tranquilidad de vivir en un pueblo, pero decidimos quedarnos por la gente. Dijimos: tenemos que vivir aquí, que es maravilloso vivir con esta gente", cuenta sonriente Iñaki.