Tres drones de la Guardia Civil de Teruel trabajan desde el aire en la resolución de delitos y extinción de incendios

La Guardia Civil de Teruel dispone de tres drones de vigilancia que pueden trabajar día y noche. Desde el aire las naves pueden acceder a lugares de difícil acceso y resolver delitos como la plantación ilegal de marihuana. También trabajan en la extinción de incendios, como el que se dio a finales de marzo en San Agustín. A través de su cámara térmica, el dron es capaz de sustituir el trabajo de 50 personas, por ejemplo, en la búsqueda de desaparecidos.

Desde hace un año, cuatro agentes de la Comandancia de Teruel de la Guardia Civil tiene a su disposición el llamado equipo Pegaso. A través de los drones se ha creado una unidad de vigilancia en altura. Con cámaras especiales pueden ver de noche o encontrar señales de calor que ayuden a extinguir un incendio. También permiten otear, todo lo que ocurre en una zona de difícil acceso, desde los 30 metros de altura hasta los 130.

Su último servicio ha sido para luchar contra las llamas en Olba y San Agustín. Su cámara térmica permite ver cómo se comportan y estudiar las zonas donde se acumula más calor sobre el terreno. Esto maximiza el trabajo que realizan las brigadas en las zonas calientes, que pueden derivar en una reactivación del fuego ya extinguido.

En una año, los drones han operado en 350 intervenciones, incluso ha permitido a los agentes, con la información obtenida, replantear operaciones. Desde la Comandancia recuerdan que su eficacia es equivalente al trabajo que sobre el terreno hacen 50 operarios. Sobre todo cuando se tiene que encontrar a alguien que se ha perdido.