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SEGUNDA RESIDENCIA

Repunta la compraventa de pisos y apartamentos en la Costa Dorada por parte de los aragoneses

La mayoría de los compradores demandan una vivienda con dos o tres habitaciones y que esté cerca de la playa en lugares como Salou, Cambrils o Calafell. También los inversores se interesan por estos destinos vacacionales

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Paseo marítimo de San Juan de Dios, en Calafell.

La Costa Dorada ha sido durante muchos años, y sigue siendo, uno de los destinos predilectos por los aragoneses para pasar el verano. Algunos alquilan allí un apartamento para disfrutar del periodo de vacaciones, pero aumenta cada vez más el número de aragoneses que compran un piso como segunda residencia en localidades como Comarruga, Miami Playa, Salou, Cambrills o Calafell.

Las principales demandas de aquellos que quieren hacerse con un inmueble en estas zonas son que cuente con dos o tres habitaciones y se ubique muy cerca de la playa. Las inmobiliarias han notado el repunte en la compraventa de segundas viviendas, tanto por parte de particulares como de inversores, al considerar, unos y otros, que era un buen momento para mover su dinero.

Intereses bajos y numerosos ahorros

El director de Fincas Brisasol en Calafell, Fernando Burillo, estima que este interés se debe a varios factores. "Hay un ambiente propicio, con los intereses bajos por parte de los bancos y la capacidad de ahorro", destaca, lo que ha llevado a muchos a "acabar adquiriendo un apartamento". 

"El perfil más común ahora mismo es un matrimonio de edad media, con niños, que se interesa mucho por Calafell, que es muy tranquilo, aunque Salou también tiene mucho tirón. A Cambrills, por excelencia, llega un público que está buscando tranquilidad, al igual que ocurre en Miami Playa", señala Burillo.

Al mismo tiempo, el director de Fincas Brisasol constata el interés de personas que invierten para destinar el piso en alquiler turístico: "Ha habido inversionistas que han decidido que era buen momento para adquirir en estas poblaciones".  


Una vivienda en Calafell. 

Variedad de precios

Los precios varían mucho en función de dónde se ubique el piso, ya que si cuenta con vistas al mar puede alcanzar en torno a los 250.000 euros, mientras que los de segunda o tercera línea de playa oscilan entre los 100.000 y 150.000 euros, siendo esta la opción más buscada. "Cuando vas a comprar una segunda residencia, la realidad es que tampoco quieres meterte en un gasto que lógicamente te incida en tu vida diaria", explica el agente inmobiliario.

Pero además de comprar, las inmobiliarias han notado también un aumento de aquellos que quieren vender su vivienda vacacional. "Es gente que se ha hecho mayor y venden precisamente por esto, porque ya les cuesta desplazarse. De los que compran hay muy pocos jubilados, casi todos son gente relativamente joven, alrededor de los 40 o los 50 años", indica el gerente de Fincas Suau, Magín Suau. 

Desde mediados de la década de los 70 del siglo pasado, la Costa Dorada se ha erigido como el principal destino de playa de los aragoneses, una preferencia que, desde entonces, se mantiene generación tras generación. Actualmente, alrededor de 5.000 familias aragonesas tienen allí su segunda residencia.

De Teruel a Sagunto

Mientras la costa de Tarragona es la más frecuentada por zaragozanos y oscenses, los turolenses visitan principalmente las payas de la provincia de Castellón, como las de Sagunto, a tan solo 100 kilómetros de distancia por autovía. Muchos eligen pasar allí el día, mientras que otros permanecen durante todo el fin de semana o en vacaciones, e incluso hay jubilados que permanecen allí todo el verano en su segunda residencia.

En la oficina de turismo de Sagunto, el 15% de las consultas que se atienden son de turolenses.  "Es muy tranquila, suele estar bastante limpia, vienen muchas familias, se está muy a gusto, la verdad", comenta un aragonés en la playa de la localidad. Los veraneantes también subrayan lo habitual que es encontrarse en ella con un conocido: "Aquí es muy fácil, parece que estés andando por la calle San Juan, si te quieres esconder no te puedes venir aquí, pero es bueno porque siempre te juntas con uno, con otro, puedes hablar, incluso te puedes ir a echar una cerveza", comenta otro turista.