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SALUD

Posponer la alarma y seguir en la cama: un estudio asegura que mejora el rendimiento

La investigación concluye que ir posponiendo varias veces el despertador puede reducir la inercia del sueño y mejora el rendimiento cerebral al despertar. Algunos expertos, en cambio, consideran que podría afectar a una buena higiene del sueño

I. A. / E. C. /
Apagar el despertador tres veces antes de levantarse puede tener beneficios para la salud. / Pixabay
icono foto Apagar el despertador tres veces antes de levantarse puede tener beneficios para la salud. / Pixabay

La mitad de las personas que se despiertan cada mañana con el sonido de un despertador reconocen dar media vuelta y quedarse en la cama, al menos en varias ocasiones hasta que no queda más remedio que ponerse en pie. Una encuesta realizada en el Reino Unido por un equipo de la BBC cifraba en el 46% los que no se levantan con la primera alarma y un estudio del 'Journal of Sleep Research' eleva este porcentaje hasta el 69%, si bien incluye a quienes reconocen que lo hacen "a veces". Hasta ahora, esta práctica se entendía como un gesto de pereza, muchas veces relacionada con una mala higiene del sueño. Pero un estudio elaborado en Suecia ha determinado que pulsar la alarma hasta tres veces en media hora sirve para reducir la inercia de sueño, con una mejora en el rendimiento cerebral, en aspectos como la velocidad aritmética o la memoria episódica.

El trabajo elaborado por Tina Sudenlin y su equipo del departamento de Psicología de la Universidad de Estocolmo no ha terminado de convencer a parte de los profesionales que trabajan en el ámbito del sueño. "La muestra utilizada es muy sesgada", afirma María Ángeles Bonmatí, investigadora posdoctoral en el Instituto de Salud Carlos III de Madrid. Para esta experta, los autores "solo han incluido a personas que ya utilizan esa función de aplazar. Sería diferente el resultado si se abre el abanico de respuestas a personas que no usan habitualmente esa función", avisa. Y Bonmatí concluye: "Lo ideal sería repetir lo publicado pero con nuevos grupos de población".

Coincide en este escepticismo la neurofisióloga de la Unidad del Sueño del hospital San Jorge de Huesca, María Jesús Pablo Zaro. “Algunas cosas de este estudio me chirrían un poco y discrepo de ellas. Cuando te despiertas de un sueño profundo sí que te cuesta levantarte, pero ese sueño es típico en el primer tercio de la noche. Por la mañana ya no suele estar y estamos en un sueño REM o superficial”, argumenta la neurofisióloga. 

También señala que esta práctica de posponer la alarma puede estar relacionada con una mala higiene del sueño: "Si necesitas el despertador igual es que te has ido a dormir más tarde de lo que deberías, o necesitas esos cinco minutos de más. Cuando no necesitas tantas alarmas es porque has dormido las horas suficientes"

Una críticas similares hacen desde el Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón (Coppa). Mónica Gorenberg entiende que con este sesgo del estudio es evidente que "va a haber resultado positivos", porque a los que se les ha preguntado es "gente que está acostumbrada a posponer el despertador".

Además, explica esta psicóloga, el estudio pasa por alto los perfiles de los encuestados. Es decir, tras años de estudio del sueño, una de las cosas que ha quedado claras es que existen "personas matutinas y vespertinas", aclara. Cada una se comporta de manera distinta ante un despertador. "A los que se acuestan tarde les va bien despertarse poco a poco. Seguramente el que se va pronto a la cama no necesite del despertador para iniciar el día", zanja Gorenberg.

Problemas de dormir poco

Para estas expertas, el foco no debería ponerse tanto en lo que supone posponer la alarma sino en analizar si la calidad del sueño anterior es buena o no. "El sueño insuficiente puede estar relacionado con las alteraciones del estado de ánimo, la conducta, la depresión, la ansiedad y también al estrés y la irritibilidad", advierte Bonmatí.

"El sueño está ligado íntimamente a la salud de una persona", subraya Gorenberg. Dormir, por tanto, es imprescindible, y hacerlo con calidad es vital. “Es muy importante tener una buena higiene del sueño, lo normal es dormir ocho horas, pero hay gente que con nueve se encuentra cansado y otros con siete están muy bien”, puntualiza María Jesús Pablo, y añade: “Hay que dormir lo suficiente como para encontrarse bien al día siguiente. Si nos despertamos antes de que suene el despertador es que lo estamos haciendo bien, y si uno se ha ido a dormir más tarde, o ha dormido menos horas, puede influir en la memoria, la concentración, e incluso en el humor”.

A todo esto es a lo que las expertas entienden que no se le da la importancia suficiente. Situaciones que se han normalizado como acostarse tarde porque no podía dormir o conectar cuatro despertadores para no tener inconvenientes por la mañana. "Esos pensamientos intrusivos son los que pueden acarrear problemas de salud", señalan.

Goremberg cree que una parte de esos problemas derivados del sueño se producen porque en España se duerme menos de lo necesario por los hábitos del día a día. Y pone de ejemplo que haya estrenos en televisión que sean en 'prime time' pasadas las 22:30 de la noche, "una barbaridad para una persona que se levante a las 6:00".