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MUNICIPIOS

Piscinas rurales, un servicio "vital" que busca gestores para dinamizar los pueblos durante el verano

Decenas de ayuntamientos de la Comunidad sacan ahora a concurso la puesta en marcha de estas instalaciones municipales que, en muchos casos, también llevan aparejada la gerencia del bar

ARAGÓN NOTICIAS /
Las piscinas son para muchas localidades el lugar de encuentro de sus vecinos durante el periodo estival.
icono foto Las piscinas son para muchas localidades el lugar de encuentro de sus vecinos durante el periodo estival.

Con el verano a la vuelta de la esquina, la mayoría de las piscinas rurales aragonesas se preparan para darle un buen remojón a la canícula prevista para los próximos meses. Decenas de ayuntamientos de la Comunidad sacan estos días a concurso la gestión de estas instalaciones municipales que, en un gran número de casos, también llevan aparejado el servicio de bar.

Estos espacios, que ahora demandan gestores, son para muchas localidades el lugar de encuentro de sus vecinos durante el periodo estival, además de su único servicio. Por eso, mantenerlos abiertos es una prioridad en el medio rural. Para Luis Zubieta, presidente de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (Famcp) se trata de un servicio "vital". "Es fundamental para la vida de muchas localidades, en la mayoría de los casos muy pequeñas", cuenta Zubieta, quien recuerda que, en Aragón, más del 90% de los municipios tienen menos de 500 habitantes. 

"Se trata de un servicio lúdico y saludable, necesario para el esparcimiento de la gente y dinamizador de la actividad social y económica", asegura. Sobre los problemas que pueden llegar a encontrar los municipios a la hora de cubrir estos puestos, afirma: "En las localidades más pequeñas a veces es complicado que alguien quiera asumir esta tarea. Notamos sobre todo la carencia en zonas muy despobladas, donde es el ayuntamiento el que tiene que cumplir esa función. Con la pandemia se ha agudizado la dificultad de abrir algunas piscinas". 

Por eso, Zubieta resalta el esfuerzo que alcaldes y concejales realizan por mantener en funcionamiento este servicio, y también otros, "como los clubes sociales, tiendas o escuelas".

En Agüero (Huesca), este año no está siendo fácil encontrar candidatos para gestionar las piscinas, unas instalaciones que también incluyen la gerencia de un campin y de un establecimiento de hostelería. "Hemos tenido problemas para obtener solicitudes y por ahora no hemos recibido ninguna", cuenta Antonio Castillo, alcalde del municipio.

Según explica Castillo, de seguir así, será el ayuntamiento de la localidad el que tendrá que hacerse cargo de la puesta en marcha, mediante la contratación de un trabajador. "Las piscinas son un servicio que, sí o sí, tenemos que dar. Son muy importantes para el pueblo", subraya, aunque indica que, tristemente, no pasará lo mismo con el campin y el bar, que, de no encontrar quien los regente, permanecerían cerrados a lo largo del verano. 

Lugar de encuentro vecinal

Para la turolense Irene Garcés, lo de gestionar las piscinas de su localidad, Barrachina, le viene de familia. "Mi madre las llevó durante varios años cuando yo todavía era adolescente. A los 20, dos amigos me dijeron que las iban a coger y me animé para ganar algo de dinero que poder gastar a lo largo del año, ya que era estudiante y dependía económicamente de mis padres", cuenta Garcés. Superado con éxito el primer verano, y de la mano de su progenitora, pasó los cuatros años siguientes al frente de este servicio, que también incluía la gerencia de un bar. "La experiencia fue muy buena. La hostelería me gusta y disfruto de estar de cara al público, ya que soy una persona muy sociable", explica la joven.

Otro de los puntos fuertes de este trabajo, según Garcés, es que permite relacionarse con vecinos con los que de otra manera sería difícil entablar conversación. "Es muy importante mantener este servicio abierto en verano, porque es una forma de atraer a la gente de los pueblos de alrededor. En la zona de Barrachina hay varios municipios que no tienen piscina, como Cutanda, Godos o Torrecilla, y el importe de los bonos y entradas es dinero que se invierte en el pueblo". Por eso, la turolense concluye: "Es un servicio muy positivo que se debe mantener y asegurar que esté activo todos los años". 

¿Cuándo es necesario un socorrista?

La normativa autonómica permite que las piscinas que se ubican en municipios de menos de 1.000 habitantes no cuenten con la figura de un socorrista. Fuera de estos casos, tampoco es necesaria su presencia en aquellas en las que la suma de todas las láminas de agua sea inferior a 240 metros cuadrados, sin tener en cuenta las piscinas de chapoteo, y que tengan como máximo 1,60 metros de profundidad. Aunque siempre se deberá advertir de esta circunstancia a los usuarios en un lugar visible.

En la Federación Aragonesa de Salvamento y Socorrismo (FASS) forman cada año a más de un centenar de nuevos profesionales y otros tantos pasan por cursos de formación continuada, reciclajes u otras enseñanzas específicas. Por eso, según explica Gerardo Belloch, presidente de la organización, a las localidades que lo necesitan no les resulta muy complicado encontrar a quienes se encarguen de supervisar el buen uso de sus piscinas. "Se trata de trabajos rotativos, hay gente que va y vuelve", cuenta Belloch.