"No se puede salir a la calle, ya hay muertos. Tenemos miedo"

Mykola Gulyuk nació en Ucrania, pero lleva más de 20 años viviendo en Aragón. Desde su casa de Zuera se siente impotente y ve con "preocupación y miedo" la situación de los "muchos familiares" que viven en su país y que este jueves se han despertado "con una auténtica invasión". "No se puede salir a la calle, ya hay muertos", asegura Mykola, al que informan sus hermanos y sobrinos desde su país. 

Este ucraniano afincado en Aragón confiesa su frustración al no poder ayudar a su familia: "No hay bancos abiertos y no podemos mandar dinero desde aquí. En mi familia hay niños pequeños y no sabemos qué va a pasar".

Kiev, la capital de Ucrania, es en estos momentos "un lugar muy peligroso", señala Gulyuk. Las tiendas se han quedado "sin suministros, están vacías y tampoco hay "combustible en las gasolineras", apunta, mientras añade que el poco gasoil que pueden encontrar está a un precio que equivale a los 3,50 euros por un litro y "es gente pobre que no puede permitirse pagar eso". 

Este ucraniano afincado en Zuera argumenta que muchos compatriotas, como sus familiares, no han hecho un gran acopio de víveres porque "desde el país trasmitían a la población que tenían que estar tranquilos, que no había problemas".

Al preguntarle si su familia saldrá del país, Mykola Gulyuk no lo tiene claro: "La única salida posible está en Polonia y no es fácil llegar allí, no está tan cerca y sin gasoil ni recursos será complicado". 

Desde las últimas horas, el ucraniano vive pegado al móvil, ansioso por saber de los suyos y escuchar una voz al otro lado teléfono, voces que le garanticen el bienestar de su familia. Así serán los próximos días de este jubilado, porque tanto él como su mujer piensan que "el conflicto está lejos de solucionarse". Para ellos la mejor opción sería que su país natal perteneciera a Europa, donde dicen que hay "mejor ley". 

"La guerra solo la habían conocido nuestros abuelos"

La presidenta de la Asociación de ucranianos residentes en Aragón, Alina Klochko, lamenta que "están bombardeando toda Ucrania" y reconoce que la guerra es una realidad, aunque mantenía esperanza en la vida diplomáticas. El sonido de la guerra que, en su región de Ucrania, "solo lo habían escuchado nuestros abuelos", explica. 

El empresario aragonés, Arturo Rambla, abandonó Ucrania en coche hace una semana dejando atrás a la familia de su mujer y 20 años de vida en el país. Rambla es consciente de que, al menos de momento, va a tener que buscar un trabajo España y poco quedará de su negocio si puede volver: "El pillaje es lo primero que existe. Tengo asumido que mi almacén de alimentación me lo van a saquear", lamenta. Señala que la escasez de combustible es uno de los primeros problemas que hay en la capital Kiev, porque "todo el mundo quiere salir de la ciudad. Me dio tiempo advertir a mi sobrina de que cargara el depósito a tope de combustible y le di indicaciones de cómo conducir para que el depósito le dure al máximo"
 

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